Por Maite Sáenz, directora de ORH.- La carencia de una estrategia de gobernanza para la IA y la IAGen es el gran freno para la aplicación de estas tecnologías en las empresas. La inversión crece pero no al ritmo publicitado desde que ChatGPT irrumpió en nuestras vidas y buena parte del motivo está en la falta de certeza sobre su funcionamiento ético y su cumplimiento normativo. Un reciente informe de BCG pone de manifiesto que la mayoría de las organizaciones todavía están en un nivel muy incipiente en su adopción, lo cual, puesto en el contexto del reciente informe del World Economic Forum, invita, cuando menos, a reflexionar sobre la lógica de las tendencias y su traslación a la prosa diaria.
El informe de Boston Consulting Group, «Del potencial a los beneficios con GenAI», recoge la percepción de más de 1.000 directivos de 19 mercados y 12 sectores sobre la IA y la IAGen y el del World Economic Forum, «The future for work report 2025», la de 1.000 empleadores de 22 sectores y 55 economías. Ambos concluyen en que la prioridad número uno de los líderes para los próximos años es convertirse en compañías «IA friendly». El segundo (WEF) estima que los cambios estructurales que va a provocar la IA en el mercado de trabajo y en la economía en general para 2030 traerán consigo la creación de 170 millones de empleos nuevos y la desaparición de 92 millones, con un crecimiento neto de 78 millones de empleos. El primero (BCG) revela que el 90% de los directivos está en modo observador de la IA y la GenAI, a la vez que refleja su insatisfacción general con el progreso y el posicionamiento de su organización al respecto, poniendo el foco en los ralentizadores de éste: la escasez de talento y habilidades (62%), las prioridades de inversión poco claras (47%) y la ausencia de una estrategia para una IA responsable (42%). Y para ahondar más en la herida, la puntilla: el 75% de los ejecutivos considera a la inteligencia artificial como una de las tres principales prioridades estratégicas pero sólo una cuarta parte reporta un valor significativo de sus iniciativas en ella.

Suma y sigue: BCG afirma que el 68% de los ejecutivos prevé mantener el tamaño actual de su fuerza laboral, centrándose en la mejora de la productividad y el desarrollo del talento existente para satisfacer las demandas de la IA. Pero mientras, menos de un tercio de las compañías han mejorado la cualificación de una cuarta parte de su plantilla. WEF es más optimista y su «The Future of Jobs Report 2025», que centrará la próxima Conferencia de Davos, eleva la cifra de la inversión en upskilling y reskilling durante el último año hasta alcanzar al 50% de la fuerza laboral mundial. También le pone cifras a la obsolescencia de las habilidades: el 39% de las competencias actuales de los trabajadores se transformará o no servirán para nada en 2030. BCG reduce el plazo a tres años y eleva las necesidades de actualización para el 46% de la fuerza laboral sólo en lo que respecta al uso de IA. Ya estemos del lado de los parcos o de los sobrados, ¿qué está más obsoleto, las competencias de los trabajadores o las estrategias de los empleadores? La brecha de las habilidades no es la única brecha a superar.

Las cifras anteriores hablan de capacitación en las habilidades de la nueva economía verde y digital, las siguientes, de BCG, lo hacen de las habilidades en IA e IAGen, la que mayoritariamente va a reconfigurar el mercado de talento:
- Solo el 6% de las empresas han logrado capacitar a más del 25% de su personal en herramientas de GenAI y, de hecho, la mayoría de los ejecutivos afirma que solo entre el 1% y el 10% de sus trabajadores están actualmente capacitados en ellas.
- El 45% de los líderes dicen que aún no tienen orientación o restricciones sobre el uso de la IA y la GenAI en el trabajo.
- El 74% de ellos es consciente de que la transición hacia los procesos de trabajo con IA necesita de una forma diferente de gestionar el cambio, y lo que es aún más interesante, el 59% tiene poca o muy poca confianza en la competencia de su equipo ejecutivo en IAGen.
- Y finalmente, el 62% de los empleadores están a la espera de ver cómo progresan las regulaciones normativas en esta materia.

Esta última observación cierra el círculo de la conversación. En una economía globalizada la disrupción de cualquier cambio nunca viene acompañada de una legislación homogénea y en lo que concierne a la inteligencia artificial, especialmente a la generativa, las hay que van del todo a la nada. Las precauciones son razonables y justificadas, porque los riesgos normativos, éticos y reputacionales bien valen invertir en un buen modelo de gobernanza, pero ¿cuánto tiempo tenemos para ello? ¿Significa que mientras nos lo pensamos retenemos la intención y la inversión en prepararnos para cuando lo tengamos claro? La competitividad en el escenario global de la econom-IA es una carrera que para llegar a ser de fondo ahora tiene que ser primero de sprint. Hay que tomar posiciones sin tener nada claro salvo que no moverse supone descalificarse. O eso o dar por servida la distopía, con Juego del Calamar incluido.
Primero los datos:
- El BCG revela que el 81% de las empresas considera la IA y la IA Generativa como una de las tres principales prioridades estratégicas para este año 2025, ubicándose por encima de la media mundial (75%) y en los primeros lugares del ranking, solo superado por India (82%).
- Y respecto al retorno del valor de la inversión en ella, el 29% considera que la IA está aportando un valor significativo a su negocio, ubicándose en la segunda posición solo por debajo de Singapur, con el 37%.
- Mientras tanto, el 6% de los directivos españoles cree que la IA en la gran transformación de la fuerza laboral vía IA que permita introducir nuevas funciones para sustituir a las redundantes (17% en el global), el 10% prevé que la IA provocará un aumento del número de empleados (vs. 8%) y sólo solo el 8% (vs. 7%) prevé una reducción de los puestos de trabajo a causa de la automatización.
Y después las perspectivas:
- Según el WEF, el aumento de las inversiones en la reducción de carbono, la ampliación del acceso digital y el aumento del costo de vida darán forma al mercado laboral en España durante el período 2025-2030.
- La transformación en nuestro país se enfrenta a tres barreras que los encuestados identifican en:
- La brechas de habilidades.
- El marco regulatorio.
- La resistencia al cambio y las culturas organizacionales.
Para paliarlas ellos mismos ven necesarias políticas públicas para:
- Dotar de mayor flexibilidad en las prácticas de contratación y despido (60%).
- Dar más flexibilidad a la fijación de salarios (49%).
- Ofrecer financiación pública para el reciclaje y la mejora de habilidades (65%).
Así como su apuesta para, desde las organizaciones:
- Mejorar los procesos de progresión y promoción para volverse más atractivos como empleadores (77%).
- Ofrecer oportunidades de trabajo remoto e híbrido, así como proporcionar apoyo a los trabajadores con responsabilidades de cuidado.
Ahora, juzguen ustedes mismos…
