Un estudio de Deloitte y la Universidad de Nueva York revela que 6 de cara 10 trabajadores dedica grandes esfuerzos durante su jornada laboral para aparentar ser alguien que no son. La presión social también perjudica a la productividad.
En un momento en el que la inclusión en el ámbito laboral se antoja más necesaria que nunca, un estudio del Instituto DEI de Deloitte y el Centro Meltzer para la Diversidad, la Inclusión y la Pertenencia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York revela que 6 de cada 10 trabajadores desperdician parte de sus esfuerzos en encajar en su entorno.
El estudio, que sigue la estela de uno realizado hace una década, entrevistó a 1269 empleados adultos para verificar en qué medida la falta de inclusión puede afectar al rendimiento de los trabajadores.
Imitar a la masa
El estudio de 2013 reveló que el 61 % de los trabajadores dedicaban tiempo y esfuerzo a aparentar encajar en la masa, mientras que el 53 % pensaba que sus responsables esperaban de ellos que lo hicieran. Diez años después, la nueva encuesta revela que la situación apenas ha cambiado, ya que, de nuevo, 6 de cada 10 trabajadores aseguran aparentar para encajar.
Por qué aparentar en el mundo laboral
A pesar de que vivimos en un momento en el que el respeto a la propia identidad es incluso un imperativo legal, muchas personas se ven forzadas a alterar su autopercepción para no destacar en el entorno laboral. Esto incluye cambios en el vestuario o apariencia física habitual, así como en los gestos, para integrarse en la masa. “Por ejemplo, un trabajador que utiliza un bastón para ayudarle con su movilidad podría no utilizarlo en la oficina para evitar llamar la atención”, explican los responsables del estudio.
Formas de aparentar
El estudio destaca varias formas de aparentar para no destacar, entre ellas la alteración de la apariencia o callarse ante determinados comentarios de otros compañeros o responsables. Al respecto de este segundo caso, ponen como ejemplo cómo algunas personas reconocen no responder ante comentarios que consideran ofensivos para evitar ser vistos como personas carentes de sentido del humor.
Otro caso que destaca el informe se basa en ocultar parcelas de la vida personal para evitar la asociación a determinados colectivos, y pone como ejemplo que una persona gay evite llevar a su pareja a eventos relacionados con el trabajo para no tener que dar explicaciones sobre su orientación sexual.
Afecta más a minorías
El estudio destaca que las personas que pertenecen a colectivos minoritarios son más propensos a estas situaciones, lo que evidencia “desigualdades en la sociedad en general”, explican. De hecho, el grupo mayoritario que destacan en el estudio es el de una persona estadounidense, cisgénero, heterosexual, masculina, blanca y sin discapacidad.
En este sentido, el estudio reveló que personas negras del colectivo LGTBIQ+ habían alterado su identidad en alguna ocasión. El porcentaje subía hasta el 93 % de las personas negras con discapacidad. El fenómeno también afecta a mujeres negras y asiáticas.
A pesar de estos datos, el estudio revela que el 54 % de los hombres blancos también habían tenido actitudes de apariencia para ocultar que pertenecen a un grupo históricamente más favorecido, entendiendo que la mayor concienciación sobre los derechos de las minorías puede suponer para ellos una discriminación en la actualidad.
En todo caso, lo que refleja el estudio es la importancia de abogar desde las empresas por la plena inclusión y respeto a todos los colectivos y personas, como forma de generar un buen ambiente laboral que se traduzca en mayor productividad por permitir a las personas centrar sus esfuerzos en su trabajo, y no en forzar las relaciones sociales.
