Madrid y Barcelona están bien posicionadas entre las ciudades que podrían pasar a modelos híbridos de trabajo con mayor rapidez en el periodo post-Covid. Según el ranking Hybryd Working Index elaborado por Savills entre 21 ciudades para evaluar los factores que favorecen la transición a modelos flexibles desde las perspectivas del empleador y del empleado, la capital se sitúa en los primeros puestos en ambos casos. Barcelona se sitúa en el puesto en el quinto para los trabajadores y en el número 11 en el análisis de la perspectiva de las compañías.
Como parte de su programa de análisis global del sector inmobiliario Impacts 2021, la consultora internacional ha analizado una serie de factores desde el punto de vista del empleador y del empleado, así como su impacto en la velocidad de transición a formatos de trabajo flexible y en el uso de las oficinas en estas ciudades.
En cuanto a los factores que ponderan en la perspectiva de las compañías, las ciudades que podrían ser más rápidas en evolucionar a modelos híbridos tras la pandemia serían por este orden Nueva York, París, Londres, Berlín, Frankfurt, Berlín y Madrid, debido a factores como la duración del confinamiento, el precio y duración de los contratos de alquiler, la eficiencia de los espacios de trabajo o la flexibilidad pre-Covid.
Al considerar las métricas que favorecen un cambio más rápido a modelos de trabajo híbrido desde el punto de vista del empleado, como el tamaño de las viviendas, la velocidad media de banda ancha, la movilidad o la composición de la población, las ciudades en mejor disposición para el cambio serían por este orden Los Ángeles, Madrid, París, Londres, Barcelona y Manchester.
El informe explica que los confinamiento prolongados, especialmente en Occidente, han demostrado que el trabajo híbrido es posible, pero también han destacado que la cultura de las compañías puede erosionarse si las personas no tienen la oportunidad de colaborar presencialmente.
Leyre Octavio de Toledo, directora ejecutiva de Occupier Solutions y Arquitectura en Savills Aguirre Newman, explica que “la transición al trabajo híbrido es el mayor desafío al que se enfrentarán las empresas y los trabajadores en los próximos cinco años a nivel global, incluso en ciudades donde el cambio sucederá más lentamente. Las empresas van a necesitar planificar sus espacios de forma que funcionen para el trabajo híbrido. Creemos que con más espacio colaborativo y mayor espacio por empleado, es probable que la superficie de oficinas necesaria sea similar a la utilizada en el modelo únicamente presencial. Vamos hacia espacios de trabajo muy eficientes que implican el diseño de un ecosistema físico-digital equilibrado que cierre la brecha entre los trabajadores remotos y los trabajadores en la oficina”.
Madrid y Barcelona destacan en el ránking del cambio a modelos híbridos desde el punto de vista del empleado por la velocidad del ancho de banda o el tamaño de las viviendas frente a otras ciudades. Sin embargo al ser ciudades más pequeñas, con mejor movilidad y costes de alquiler más bajos en la comparativa, los menores tiempos en desplazamiento al trabajo y las rentas de oficinas comparativamente menores podrían ralentizar la transición al existir menor necesidad, del mismo modo que podría ocurrir en las ciudades pequeñas analizadas en el índice, como Ámsterdam o Lyon.
Paul Tostevin, director de Savills World Research, explica que «en lugares como París, Londres, o Nueva York, donde el precio de los alquileres de oficinas es más alto, con tiempos más largos de desplazamiento y donde ya se habían establecido prácticas de trabajo flexible, se dará una transición al trabajo híbrido de forma más rápida. No obstante, la duración de los alquileres, la baja velocidad de banda ancha doméstica y, en algunos casos, el tamaño reducido de los hogares, pueden propiciar que los propios empleados presionen para regresar a la oficina”. Por otra parte, señala Tostevin, “Madrid y Barcelona, obtuvieron calificaciones altas en banda ancha de alta velocidad, una característica esencial no solo para equilibrar el trabajo en casa y en la oficina, sino también para los trabajadores nómadas digitales que buscan trabajar de manera flexible desde toda Europa, y esto las convierten en particularmente atractivas cuando se combina con otros factores de calidad de vida en ambas ciudades.”