Pese a que ambas generaciones comparten su alta exposición al entorno digital, son muy diferentes entre sí. Los millennials o generación Y se caracterizan por ser la generación puente de «inmigrantes digitales» entre lo tradicional y lo tecnológico. Son los pioneros en la adaptación de las nuevas tecnologías y ya suponen el 30% de la población global. María José Jordá, responsable de millennials Project en BBVA, plantea a los millennials, no tanto como una generación, sino como una actitud o forma de pensar. Utópicos, ambiciosos, vocacionales y flexibles son algunos de los adjetivos utilizados para describirles. Y es que su importancia no solo radica en el porcentaje que representan, sino la influencia que ejercen en las generaciones mayores que empiezan a tomar consciencia de la importancia de la conectividad y la movilidad.
Los millennials son una generación heterogénea, ya no sólo a nivel geográfico, sino también a nivel intergeneracional. Dentro de la facción más joven de la Generación Y destacan los eco-millennials, quienes luchan por aquello en lo que creen: causas justas, positivas y saludables. Comparten estas inquietudes con sus sucesores, los centennials.
Por otro lado, si hablamos de centennials o Generación Z nos referimos a la generación ya nacida en el marco de los denominados «Nuevos Riesgos Sociales». Concienciados con el ecologismo, los centennials son menos utópicos y más realistas. Se distinguen de los millennials por ser prudentes financieramente, así como por la necesidad de proteger el entorno y ayudar a los próximos, muy probablemente por ser hijos de la crisis económica de inicios del milenio.
Lo que sí es inherente a estas dos generaciones es la concienciación por los roles de género, liberación sexual, prejuicios culturales e interés por la política. Las reglas del juego están cambiando y es gracias a ellos. Apostar por un lenguaje más neutro e inclusivo alejado de connotaciones patriarcales establecidas, el empoderamiento sexual, la concienciación climática y la identificación con las causas, y no tanto con los sindicatos y militancias es lo que convierte a estas generaciones en el futuro de la sociedad.
Las empresas no son ajenas a estos nuevos hábitos y comportamientos, y es que se estima que durante el 2025 controlarán el 47% de los fondos del planeta. Además de sus inquietudes ideológicas, también están cambiando los hábitos de consumo. A diferencia de los millennials, los centennials prefieren invertir su dinero en productos en lugar de experiencias. Realizan la mayoría de sus compras a través de sus smartphones y el 95% de ellos reconoce leer reseñas online mientras está de compras para conocer los comentarios del producto en sí.
La sobreestimulación que éstos viven en su día a día está cambiando el paradigma en el mundo publicitario. La capacidad de los centennials para mantener la atención cada vez es más corta y toleran menos la publicidad tradicional. La agencia Publicis ha verificado que la media de atención de los centennials se ha reducido a 8 segundos, mientras que los millennials eran capaces de estar concentrados durante 12 segundos.
Aún existe desconcierto de a dónde llevará la Generación Z, pero lo que sí se tiene claro es que se tratará de una generación concienciada con las causas sociales y que busque diseñar experiencias auténticas únicamente con marcas que se alineen con sus intereses.