Ayer vi una película, “Al filo de la muerte”, protagonizada por Steven Seagal. En una de las primeras escenas, podemos ver al experto de las artes marciales tumbado en el suelo, herido de gravedad a causa de un tiroteo. Los servicios de emergencia le aplicaron el electroshock en repetidas ocasiones, resultado: línea plana, estuvo clínicamente muerto durante unos minutos. Gracias a la insistencia del equipo médico, de repente empezamos a percibir variaciones en la línea, ¡lo habían salvado!
Esta sencilla escena comenzó a dibujar una reflexión en mi mente a partir de una asociación igual de nimia: línea ondulada = vivo, línea plana = muerto. El genial Charles Dickens solía decir “El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.” De modo que si “haces vibrar” todas las cuerdas de tu corazón te sentirás más vivo que nunca, disfrutarás y harás disfrutar de una vida plena; si logras que vibren unas pocas, sobrevivirás; pero…¡ay, amigo, como no consigas hacer vibrar ninguna! Estarás ante “la línea plana”.
María Graciani, autora de “Motivulario”, conferenciante y periodista.