Los empleados conocen mejor que nadie los entresijos de una organización. ¿Por qué no convertirlos en consultores internos que identifiquen áreas de mejora e impulsen proyectos de cambio? Recientemente presentábamos las doce tendencias que Overlap señala como las grandes claves del aprendizaje y del desarrollo en las organizaciones. El rol del consultor interno es la segunda de estas tendencias, que apunta directamente a una reconfiguración del talento de las personas para que aporten a sus compañías desde dentro… o también desde fuera.
El consultor interno es capaz de apoyar directamente al negocio gracias a su capacidad para diagnosticar y ofrecer una opinión experta desde el corazón de la compañía. Su valor radica en la combinación de experiencia y de habilidades de influencia interpersonal, conocimiento de la organización y generación de confianza. Y en paralelo, su gran reto es asumir un auténtico rol de liderazgo del cambio, absolutamente orientado al desempeño y a la confluencia de intereses entre empresa y empleados.
El modelo de trabajo del consultor interno incluye las siguientes cinco fases: contacto, acuerdo, diagnóstico, alineamiento con el negocio, soluciones y resultados.
QUÉ APORTA EL CONSULTOR INTERNO A LA ORGANIZACIÓN
1• Conocimiento sobre aspectos sensibles.
2• Integración en la operativa diaria.
3• Asunción de proyectos e identificación de cambios.
4• Identificación de los resursos internos diponibles.
LAS HABILIDADES DEL CONSULTOR INTERNO
1. Fomentar relaciones.
2. Aprender.
3. Organizar.
4. Unir.
5. Transformar.