La brecha de género y de edad siguen siendo las principales problemáticas en el mercado laboral en Andalucía, según revela la Encuesta sobre Diversidad e Inclusión en el Trabajo 2018. El estudio, realizado por Hays a trabajadores y directivos de empresas andaluzas, desvela los datos más relevantes en cuanto a la inclusión en el ámbito laboral, principalmente relacionados con la diversidad por cuestión de sexo y edad.
El 97% de las personas encuestadas ha afirmado que la persona que ocupa el cargo más alto en la empresa donde trabaja actualmente es un hombre. En cuanto a los responsables directos, la cifra desciende al 85%, un porcentaje aún muy significativo. Sin embargo, es en los equipos de trabajo, en los que sus componentes no ostentan ningún cargo, donde hay más paridad de género: un 51% son hombres, mientras que el 49% mujeres.
Otro dato relevante que se encuentra en la encuesta es que durante los últimos dos años, un 22% de los encuestados se ha encontrado en alguna situación en la que ha sentido que sus oportunidades de progreso de carrera se han limitado por razones de sexo.
Además de representar un problema real, más allá de una tendencia, la diversidad de género supone una de las mayores preocupaciones de los trabajadores andaluces, pues un 78% de los encuestados cree que se trata de un problema pendiente de solucionar y que el talento debería premiarse al margen del sexo. Pero, a pesar de ello, el 78% de los trabajadores andaluces cree que la brecha salarial en España tardará más de cinco años en solucionarse.
La edad, segunda gran causa de discriminación
La diversidad por cuestión de edad supone otra de las grandes preocupaciones. Casi la mitad de trabajadores andaluces encuestados afirma haberse encontrado en alguna situación, durante los últimos dos años, en la que han sentido que sus oportunidades de progreso de carrera se han limitado por razones de edad.
A la hora de participar en procesos de selección, la cifra aumenta: un 61% de encuestados sostiene haberse encontrado en alguna situación, durante el mismo período de tiempo, en la que ha sentido que sus opciones de ser contratado disminuían.
Empleados y directivos coinciden: hay que fomentar las políticas de inclusión
Tal y como muestran los datos del estudio, las políticas de inclusión siguen siendo una tarea pendiente de mejorar en las empresas. Casi la mitad de los empleados encuestados (48%) afirma que la empresa donde trabaja no lleva a cabo proyectos o políticas que eliminen la discriminación por razones de sexo, edad, origen étnico, orientación sexual, discapacidad o religión.
En esta cuestión los directivos coinciden, pues la mayor parte de los altos cargos encuestados asegura que su empresa no tiene implementados programas, políticas, objetivos o métricas de control -los conocidos KPIs- de diversidad e inclusión. Además, un 42% sostiene que estas medidas, en las empresas donde sí existen, no se han llegado a implementar en su totalidad.