La capacidad de adaptarse al cambio no está sincronizada con el ritmo de ese cambio

La adaptación al cambio pivota sobre dos ejes: agilidad y capacidad y hoy las organizaciones se enfrentan a una falta de sincronización entre ellas porque las habilidades requeridas cambian más rápido de lo que se pueden mejorar; es difícil cumplir las expectativas de desarrollo de los empleados -de hecho, solo un 42% de los empleados confía en la capacidad de la empresa para desarrollar sus habilidades- y no hay suficiente visibilidad de los datos de la plantilla para afrontar el cambio necesario. Todo ello genera un gap de preparación de la fuerza laboral que bloquea el potencial de los profesionales y el éxito organizacional. Así se puso de manifiesto en el webinar ORH “Del talento a las habilidades: el camino hacia una organización ágil”, organizado en colaboración con Cornerstone. 

En esta sesión, Sergio Sotelo, Learning and Content Consultant, y Javier Anaya, Solutions Consultant, ambos de Cornerstone, expusieron la necesidad de contar con una estrategia de workforce agility que permita desarrollar las habilidades adecuadas rápidamente, conectar los objetivos de empleados y managers y diseñar la fuerza laboral necesaria para poder así acompañar el crecimiento y éxito de la organización. 

“Las organizaciones necesitan ser más líquidas y eficientes, y se vuelven más eficientes cuando mueven el foco desde los roles de los empleados a las capacidades que poseen”, afirmaron. Centrarse en lo que la persona sabe y puede hacer extiende el potencial de las organizaciones, pero este tránsito hacia organizaciones líquidas y modelos de gestión del talento basados en habilidades imponen unos requisitos, entre los que destaca la capacidad de actualización constante. “Hemos visto que numerosas compañías han realizado importantes esfuerzos para diseñar una estrategia de desarrollo de habilidades que se ha quedado desfasada antes incluso de ponerla en marcha por la rápida evolución del mercado. Apoyarse en una plataforma que permite evolucionar y adaptar la estrategia al ritmo que lo hace el entorno y cumplir con las necesidades de mañana evita estas situaciones”, advirtieron. 

Los expertos mostraron algunas de las herramientas que permiten hacer ese viaje y cómo apalancarse en la tecnología y en concreto en la IA, asegura la agilidad, el alcance y la escalabilidad que actualmente se exige (vídeo completo de la sesión al final de esta noticia). “Los modelos tradicionales exigen mucho tiempo y nivel de esfuerzo y con ellos solo podemos concentrarnos en ciertos puestos o en ciertos individuos dentro de la dentro de la empresa. Gracias a la IA reducimos esfuerzo y mantenimiento, y llegamos a una mayor escala casi de forma inmediata”, explicaron. Y a pesar de estas ventajas, también advirtieron: “La IA es esa palanca que ayuda a hacer el trabajo bruto, pero la IA no decide nada. La IA puede recomendar pero al final ha de haber una persona que tome la decisión”. 

La sesión contó con un caso práctico donde se fue relatando paso a paso el proceso para desarrollar habilidades y una demostración de cómo la tecnología ayuda en su gestión. Y concluyó con las recomendaciones de los expertos para conseguir transformarse en una organización ágil y reducir el workforce readiness gap.