La creación de ciudades y comunidades sostenibles es uno de los retos del planeta señalados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de lograr un equilibrio entre los entornos urbanos sostenibles y la necesidad de que estos espacios contemplen otros factores esenciales como son la salud y el bienestar de las personas que las habitan. Hay que tener en cuenta que más de la mitad de la población vive hoy en día en ciudades y que, aunque ocupan solo el 3% de la tierra, representan del 60 al 80% del consumo de energía y al menos el 70% de las emisiones de carbono.
El gran impacto de las ciudades sobre la salud del planeta y, por lo tanto, sobre la salud de las personas, está ocasionando que sean muchas las entidades y compañías que, como Sanitas, impulsan proyectos de mejora de los espacios verdes que generan un impacto positivo sobre las ciudades, reducen su huella de carbono, y protegen el medio ambiente con el objetivo de proteger también el bienestar de los ciudadanos.
“En Sanitas hemos puesto en marcha multitud de iniciativas que están ayudando a compensar la huella de carbono generada por nuestra actividad. Así, podemos afirmar que el 100% de la electricidad que se consume en la compañía procede de energías renovables, y que, en los últimos 10 años, hemos logrado reducir la huella de CO2 en un 70%”, explica Yolanda Erburu, Chief Sustainability & Corporate Affairs Officer y directora general de Fundación Sanitas. “Las empresas debemos ser pioneras en este tipo de iniciativas, pero también podemos contribuir a concienciar a nuestros empleados y usuarios acerca de la necesidad de que ellos mismos apliquen medidas similares en su día a día y en la medida de sus posibilidades, porque toda contribución a la salud del planeta es también una contribución a la salud personal”.
Para lograr un entorno más saludable y sostenible es necesaria la colaboración de todos, por lo que Sanitas ha recogido una serie de recomendaciones que ayudarán a las comunidades de propietarios, barrios y pequeñas urbes a cuidar mejor de su entorno más cercano.
- Energía renovable. Cada vez son más comunidades de propietarios las que se alían para incorporar paneles fotovoltaicos en sus edificios. El principal beneficio es el uso de una energía totalmente limpia que evita la emisión de CO2, además de una rebaja en la factura de la luz al generar energía para autoconsumo.
- Lámparas solares. Este tipo de luces se recargan durante el día con la incidencia solar, y pueden llegar a alcanzar hasta seis horas de iluminación por la noche. Al utilizar directamente la energía del sol, reducen al mínimo la electricidad consumida, a la vez que promueven otros beneficios como la limitación de la contaminación lumínica. Son perfectas para instalar en patios de vecinos o jardines privados.
- Huerto urbano. Esta práctica, que ha ganado adeptos en los últimos años, ayuda a generar una mayor conciencia medioambiental a la vez que se fomenta el autoconsumo y el cuidado de la tierra. Además, es una manera de dotar de uso a espacios de algunas urbanizaciones que estén siendo desaprovechados. Hay numerosas asociaciones que promueven el uso de espacios desaprovechados en las ciudades para este fin. Un ejemplo de huerto urbano son también las zonas de cultivo que hemos habilitado en las residencias de mayores de Sanitas que también cumplen una función terapéutica al potenciar la autonomía y la memoria.
- Zonas verdes. Igual que ocurre con los huertos, aquellas zonas menos utilizadas de las comunidades o barrios pueden ser el lugar perfecto para realizar una plantación de especies autóctonas. Los jardines y bosques urbanos ayudan en la regeneración del aire, así como a regular la temperatura y humedad de las urbes, lo que redunda, a su vez, en mejoras significativas de la salud de las personas. Esta es la razón por la que Sanitas colabora con el Bosque Metropolitano de Madrid, donde se ha convertido en la primera empresa que ha donado árboles que mejoran la salud de los madrileños.
- Alternativa al coche privado. En ocasiones se abusa del transporte privado por comodidad o costumbre. Emplear vehículos sostenibles como coches, bicicletas o patinetes eléctricos para desplazamientos cortos contribuye a la reducción de las emisiones contaminantes. Si es posible, siempre es recomendable desplazarse a pie, puesto que, además de limitar la contaminación es un hábito saludable que fomenta una vida activa.
- Car sharing. Este concepto promueve un movimiento que en otros países europeos gana adeptos cada año. Se trata de compartir coche con otros vecinos que realicen recorridos similares a la hora de ir al trabajo o llevar a los niños al colegio. Gracias a este sistema se reducen los vehículos en movimiento, lo que repercute directamente en la reducción de contaminación.
- Reciclaje de materia orgánica. A pesar de que no está implantado aun en todos los municipios españoles, cada vez más Ayuntamientos apuestan por el reciclaje de residuos orgánicos, ya que con ellos se puede realizar compostaje, con el que abonar zonas verdes. Pero esta iniciativa no tiene por qué ser impulsada solo desde las Administraciones, sino que cualquier comunidad de vecinos o particular puede realizar su propio compost a partir de residuos orgánicos como restos de comida, ramas o incluso, servilletas de papel usadas. Se trata de un abono natural y altamente eficaz.