La nueva realidad laboral requiere un nuevo estilo de liderazgo. El estilo de años atrás, jerárquico y decisivo, está dando paso a un nuevo modelo de liderazgo, más colaborativo, ágil y sistémico.
Estos son los tres aspectos clave que los líderes tendrán que reajustar para adaptarse a la nueva realidad laboral.
1. Las jerarquías se diluyen
Si algo caracterizaba a los líderes del antiguo entorno laboral era la estructura piramidal. Un gran jefe en un despacho grande que dirige la empresa dando órdenes que los empleados ponen en marcha. Compartir información, desarrollar ideas y la toma de decisiones era competencia de unos pocos.
Pero hoy en día cualquiera en una empresa está deseando dirigir, al margen de su veteranía o de su cargo. Las nuevas generaciones tienen mayores expectativas. Los líderes tienen que brindarles la oportunidad y después, dejarles probar su valía. Cada uno de los empleados en la empresa, de cualquier nivel, ha de ser informado y recibir la capacitación y el poder para alcanzar los objetivos de la compañía.
2. El desarrollo profesional tendrá que ser abordado desde un nuevo enfoque
En años anteriores lo habitual era la carrera profesional en línea recta ascendente, en la que se sucedían los cargos, puesto tras puesto. Pero hoy en día no basta con ofrecer a tus empleados una carrera profesional basada en promociones, sino que el puesto ofrecido habrá de incluir nuevos conocimientos y experiencias motivadoras.
Nuestro último estudio de 2017 indica que los jóvenes valoran mucho las experiencias nuevas dentro de su carrera –el 41% de los que se encuentran entre los 18 y los 34 valoraría mucho ganar en experiencia dentro de su puesto actual-. Antes era una cuestión de “quiero este trabajo y cargo y después este otro trabajo y cargo». Y ahora se trata de “quiero vivir esta experiencia y después esta otra”.
¿Cómo se consigue esto?
Primero has de conocer bien a tus equipos para identificar sus expectativas, aspiraciones y potencial. Segundo, has de asegurare de que los líderes que tengan sepan desarrollarles y potenciarles. Y tercero, has de contemplar la figura del mentor e, incluso, que los jóvenes sean los mentores de los mayores en materias de nueva generación. Es una manera de compartir experiencias y de cooperar en aras del desarrollo, y no que alguien de otra generación le diga a un recién incorporado cómo debería ser su trayectoria.
3. Las decisiones deben estar fundamentadas en datos y en colaboración
Dirigir en el antiguo mundo laboral se trataba de decisiones autónomas. Nuestro informe revela que una característica habitual entre los de la generación del baby boom es su modo tradicional de dirigir. Son más decisivos, motivadores, estratégicos y persuasivos que los de la generación X o los millennials.
Pero en el nuevo modelo de empresa el modo de afrontar los retos y las decisiones es muy diferente. En lugar de confiar primordialmente en su instinto, en su habilidad para persuadir a los que le rodean y en su capacidad para tomar decisiones por si mismos; buscarán colaborar con otros. Van a hacer participar a todo el equipo para diseñar una solución. Van a emplear datos para evaluar sus opciones y para fundamentar su decisión.
Todo aquel que quiera dirigir con éxito en este nuevo modelo de organización tendrá que abandonar los antiguos hábitos. Deberán aceptar, no solo el hecho de incorporar a otros en la toma de decisiones, sino, además, a basarlas en datos y no en su instinto y experiencia. En lugar de enfrentarse a las dificultades fijándose en los indicadores, tendrán que buscar exhaustivamente nuevos modos de dar soluciones.
Fernando Guijarro, director general de Morgan Philips Hudson Talent Consulting