“Me quiero, me cuido” Esta afirmación parece más que obvia, y sin embargo pocas veces se pone en práctica como cabría esperar, ya sea por falta de tiempo, desconocimiento, ausencia de motivación o por cualquiera de las mil excusas-refugio que justifican muchas de nuestras decisiones.
Como responsables de nuestro propio bienestar, preguntarnos qué necesitamos para sentirnos bien y elegir libremente cuidarnos sin percibirlo como una obligación, son claves que nos ayudarán a entender qué es el autocuidado.
Todas las rutinas, hábitos y actividades que nos sientan bien y mejoran nuestra salud se convierten así en prácticas de autocuidado y amor hacia nosotros mismos que, además de ayudarnos a prevenir enfermedades físicas o mentales, nos dotan de más recursos personales, mejoran nuestro estado de ánimo y aumentan nuestro nivel de satisfacción y felicidad.
Si observamos nuestra salud de forma integral, descubriremos que el autocuidado puede desarrollarse a diferentes niveles incluso en el entorno laboral. Pero centrándonos en el aspecto físico, pequeños micro hábitos pueden sin duda marcar una gran diferencia generando un torrente de beneficios y bienestar. No hace falta que la ciencia nos recuerde que el sedentarismo es el culpable no sólo del desarrollo de multitud de enfermedades sino también del cansancio crónico. Aunque parezca contradictorio, a menos actividad física, más agotamiento y peor calidad del sueño.
El ejercicio físico es el antídoto perfecto para aumentar nuestra energía y vitalidad a través de diferentes procesos fisiológicos- mejorando la circulación sanguínea, aumentando nuestra capacidad respiratoria, estimulando la producción de endorfinas o regulando los niveles de azúcar en sangre, por ejemplo- y tener claro que no son necesarias grandes inversiones de tiempo para mantenernos activos es clave para ponerse en marcha sin demora.
Seguro que ya habéis oído hablar de los snacks de movimiento o los micro entrenamientos, magníficas herramientas a través de las cuales con sólo unos minutos ya obtienes grandes beneficios.
Las investigaciones han confirmado en numerosos estudios y revisiones que ráfagas de movimiento, más o menos breves e intensas, contrarrestan sin discusión los efectos negativos de la inactividad, contribuyendo además a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Desde aquí os invito a que dejéis de echarle la culpa a la vida y apostéis por vuestro autocuidado. Al fin y al cabo, tú eres el mayor beneficiario o, por el contrario, quien más sufrirá las consecuencias si es que optas por mirar a otro lado.