Por David Reyero Trapiello, HR Business Partner en Sanofi Iberia.
La falta de tiempo es una de las objeciones más habituales en nuestra vida personal y profesional para crecer o explorar nuevos proyectos.
No dudo del reto actual vinculado a la evidente sobrecarga crónica de responsabilidades profesionales y personales en muchas personas. Hoy el tiempo es uno de nuestros recursos personales más escasos.
No obstante, creo que debemos pasar de la “gestión tradicional del tiempo” a una valiente y profunda “gestión de nuestras prioridades”. Si priorizamos verdaderamente algo en nuestra vida, seguro que acabamos encontrando tiempo y cariño para dedicarle.
Recuerdo frecuentemente una sabia reflexión sobre la importancia de priorizar de Rosa García, ex CEO de Siemens y Microsoft en España:
Todos los días me reservo 30 minutos para aprender algo. Sea leer un libro o un artículo, ver un vídeo, tener una conversación rica con alguien ‘disruptivo’… Lo necesito para nutrir mi curiosidad”.
Un compromiso personal y sistemático con su formación continua, a pesar de que tenía una agenda habitualmente muy apretada y una carrera profesional ya consagrada.
Rosa García es una de las directivas de mayor éxito y con una larga carrera ejecutiva en sectores muy diversos. Destacan en ella ingredientes claves del líder como innovación, talento, valentía, pasión y curiosidad, un compromiso muy claro por el desarrollo profesional propio y de su equipo, y una excelente organización personal.
Distinguir entre gestión de prioridades y gestión del tiempo es el primer paso para empezar a ser más efectivos, como bien nos explica César Piqueras. Una evolución de mentalidad y hábitos que es a la vez compleja y fundamental para una vida mejor en el actual tsunami de actividades que hoy vivimos.
Abordar los ‘ladrones de tiempo’ nos ayudará ser más efectivos: no procastinar (delegar las decisiones), evitar las distracciones, distinguir entre urgente e importante, saber decir no, reducir las frecuentes e interminables reuniones, fomentar el empowerment en otras personas del equipo…
Cualquier proyecto vital importante -y, en especial, el crecimiento personal- requiere tiempo, repetición, resiliencia, evitar atajos y ensanchar nuestra zona de confort. En definitiva, necesita priorización, afilar el hacha y que «lo más importante sea lo importante», como decía Stephen Covey.
Afrontar con valentía y realismo la gestión de tiempo implica también aprender de los mejores. Hay personas que son referentes en este ámbito y nos pueden inspirar en nuestro avance.
Un progreso que tiene un buen objetivo: ‘dinamitar’ la excusa de no tener tiempo para temas realmente importantes. Una creencia limitante muy humana, un reto a abordar con tesón para vivir con mayor eficiencia y plenitud. Busquemos la motivación inicial para ponernos manos a la obra, ya que el esfuerzo seguro que tendrá una buena recompensa.
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