por Aida Vázquez Sosa, psicóloga especializada en nutrición y dietética, trastornos del neurodesarrollo y futura neuropsicóloga.
Desde principios de la humanidad ha existido de forma innata una persona que sobresale más en algún grupo, está figura corresponde con el nombre de líder. Coloquialmente es conocido por ser la persona más relevante de un miembro de iguales. Las características que definen a un líder son la capacidad de organizar, cooperar y actuar por un conjunto de personas.
El liderazgo depende de las habilidades que posee la persona, para ello es imprescindible tener una serie de cualidades, entre ellas ser capaz de crear una influencia afectiva en el grupo y tomar decisiones que otros miembros del equipo no serían capaces de realizar.
A pesar de que se ha considerado que los líderes son personas que ya nacen con estas cualidades, se ha demostrado que son personas que se moldean durante los años y se desarrollan por medio del esfuerzo, aprendizaje y tiempo.
Se pueden encontrar diferentes tipos de liderazgos que, a pesar de tener características similares, se distinguen por la manera en la que un líder implanta su visión sin imponer a los demás sus opiniones y por su forma de inspirar y motivar a los miembros de un equipo.
Tipos de líder
En el ámbito laboral nos encontramos con distintos tipos de liderazgo. Aunque el objetivo común que tienen los líderes es que los trabajadores logren conseguir los objetivos planteados, las personas que lideran deben motivar a los empleados por medio de diferentes acciones.
- Basándonos en la personalidad positiva de una persona que confía plenamente en su equipo y que considera que son totalmente válidos para realizar el desempeño laboral sin ayuda, se trata de una forma de liderar laissez-faire por lo que el líder contempla más los resultados de los objetivos planteados y no se fija de forma detallada en el proceso de las labores.
- La segunda forma de liderar es la transaccional, es decir, con incentivos económicos. En esta forma de guiar, para mantener al empleado motivado y que consiga lograr los objetivos planteados se da a cambio una recompensa económica. Por lo tanto, tanto líder como trabajador se benefician.
- Una visión más democrática coincide con un tipo de liderazgo llamado democrático que se caracteriza por un estilo más cooperativo con los trabajadores y destaca por tener una buena habilidad comunicativa. Este tipo de líder es uno de los más comunes porque no impone su opinión sino que la comparte con el resto del equipo y a su vez hace que los trabajadores se sientan parte de la empresa y sean escuchados.
- Por último, afrontar riesgos como tomar decisiones arriesgadas, ser una figura inspiradora que motiva a los demás, tener una gran habilidad comunicativa y fomentar el buen ambiente laboral por medio de la participación, son características de un líder transformacional. Este tipo de liderazgo tiene el apoyo total de sus empleados, es admirado y respetado porque confía y se compromete con los trabajadores por medio de la participación activa y la confianza.
Cómo tu forma de liderar afecta a los demás
Existen múltiples beneficios extraídos de un buen liderazgo que dan resultados en el rendimiento de los trabajadores, como el aumento de la productividad, la mejora en el clima laboral, una buena consecución de los objetivos o la resolución de conflictos de forma más efectiva.
Una estructura organizada por un buen líder hará que la empresa funcione de forma correcta y que sus trabajadores sean más eficaces. Es importante observar si los miembros del equipo se sienten cómodos en el mismo espacio que comparten con el líder y no tienen miedo de exponer sus opiniones e ideas.
Según el tipo de líder y la personalidad de cada trabajador la compatibilidad varía, es decir, si una persona es más introvertida y en su empresa existe un líder transformacional puede no tener tanta afinidad como con un líder laissez-faire al tratarse de una figura más enfocada en los objetivos del trabajo y por confiar plenamente en los trabajadores. Más aún, si el líder y los equipos no congenian no fluirá la cooperación ni la participación y los empleados pretenderán pasar desapercibidos dentro de la empresa.
Pautas para ser un buen líder
Al tener la capacidad de influir en los demás, un buen líder mantiene motivados e integrados a todos los miembros de la organización. Para ello es de vital importancia destacar las buenas características de los demás para ayudar a que la forma de liderazgo les afecte de forma positiva.
La forma en la que un buen líder es capaz de resolver los conflictos es clave para fomentar un ambiente de armonía entre el equipo de trabajo, para que esto suceda es necesario hacer uso de la escucha activa y la empatía, dos cualidades que se les atañe a un verdadero líder y así influenciar a los trabajadores.
Ser capaz de motivar a los demás a través de las palabras o de los actos que realizamos, se consigue con la confianza que un buen líder deposita, por lo que la seguridad en la toma de decisiones es muy importante para ser una persona que los demás se fijen y confíen.
Hay un líder dentro de cada persona, al igual que el optimismo y la motivación o el entusiasmo. Si una persona es elegida para ser el líder del equipo es debido a su forma en la que los demás prestan atención. Esto significa que estás siendo un buen líder porque los miembros de un grupo te eligen debido a que se sienten cómodos o cómodas, coinciden con tus opiniones, les motivas, confían en ti, consideran que el lenguaje que utilizas es motivador y los valores demuestran tu capacidad para dirigir una empresa.
Características de los malos líderes
Imponer las opiniones sobre los demás, no saber comunicar a tu equipo las decisiones y resistirte a los cambios son aspectos que se deben evitar para llegar a ser un buen líder.
Conocer y preocuparse por sus trabajadores demuestra que existe una cohesión con los miembros del equipo. Sin embargo existen líderes que no mantienen una estrecha relación con los trabajadores, por lo que esto provoca que se pierda confianza e interés y como resultado una desmotivación por parte de los empleados.
A menudo muchos líderes tienden a realizar promesas que no pueden cumplir pero que hacen que se mantenga a los trabajadores contentos, esto es un error debido a que las falsas promesas crean falsas expectativas y de esta forma sólo se evitan conflictos a corto plazo, pero que a largo plazo traerán consecuencias negativas y una pérdida de la integridad.
El efecto boomerang sirve para motivar a los empleados, este feedback consiste en dar y recibir. Si un líder no incentiva a los miembros de su equipo por medio de recompensas, los trabajadores se desmotivarán, es importante incentivar a los empleados para que exista un buen rendimiento.
Finalmente, una personalidad negativa con actitud derrotista implica que en la empresa el ambiente se sienta de una forma negativa, por lo que es imprescindible que un líder evite actitudes que no inspiran optimismo o centrarse en ver el problemas y no en el lado positivo de los conflictos.