La robotización y la automatización de procesos en el entorno laboral suponen ya un reto en el mercado laboral español. Según el último informe de la International Federation of Robotics (IFR), España forma parte de los 15 países con mayor densidad de robots. Con un índice tan elevado de automatización, las organizaciones se ven forzadas a anticipar estas posibles desviaciones para compensar sus efectos lo antes posible.
Con el objetivo de ayudar a los trabajadores con discapacidad, más afectados por la robotización que el resto de personas en activo, la Fundación Randstad junto con Randstad Research han llevado a cabo un análisis para conocer el impacto que este proceso tecnológico puede tener en este colectivo.
El 21% de los ocupados con discapacidad tiene un riesgo muy alto de perder su empleo a causa de la automatización y el 47%, un riesgo alto.
Según los cálculos de Randstad, 312 mil personas ocupadas con discapacidad (un 60% del total de ocupados) pueden verse afectadas por esta tendencia. Las que mayor riesgo corren son el 21% de ellas, que ocupan puestos elementales y requieren un menor nivel de competencias.
Estos empleos están asociados a la realización de tareas sencillas y rutinarias, como limpiadores, peones de carga, peones de jardinería o ayudantes de cocina. Y son precisamente estos puestos de trabajo los que suelen ocupar personas con discapacidad y los que mayor riesgo tienen de ser sustituidos por los avances tecnológicos.
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la Fundación Randstad y Randstad Research
El 54% de los nuevos contratos corresponden a ocupaciones con riesgo alto o muy alto de automatización
Los contratos que firmaron el pasado año las personas con discapacidad ascendieron a 307.885, de los cuales más del 54% se concentran en 15 ocupaciones con altas probabilidades de ser sustituidas por procesos automatizados.
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la Fundación Randstad y Randstad Research