El ‘job hopping’ o cambio frecuente de trabajo es más común de lo que imaginamos sobre todo entre los millennials. Según un estudio elaborado por LinkedIn, los miembros de la llamada Generación X cambian de trabajo mucho más a menudo que sus padres. De hecho, una encuesta publicada por The Guardian indica que un 90% de estos jóvenes cambiará de puesto de trabajo antes de cinco años. Incluso, 1 de cada 3 asegura que lo hará antes de los dos años.
Hay muchas teorías acerca de por qué se está dando esta revolución de cambio de empleo. IMF Business School ha identificado cuáles son los tres factores más comunes:
La edad es una de las razones principales por las que los millennials deciden cambiar de puesto de trabajo con más facilidad. Estos jóvenes tienen menos responsabilidades y cargas familiares que otros compañeros con más años de experiencia. Esta ventaja les permite poder moverse de un puesto a otro sin temor a que esté lejos de su vivienda o del colegio de sus hijos.
Otras de las variables que juegan a favor del ‘job hopping’ es el sueldo. Este perfil laboral busca en el nuevo trabajo un puesto más elevado ya que a menudo viene acompañado de un aumento salarial. En efecto, el factor económico es un argumento de peso para justificar el cambio. Un estudio elaborado por Randstad sobre ‘Employer Branding’ afirma que el salario se mantiene como el principal factor a la hora de elegir una empresa en la que trabajar.
Y, por último, las ganas de emprender. Esta generación ha irrumpido con fuerza en el sector empresarial e, incluso, hay estudios que los denominan ‘millennipreneurs’. Su corta experiencia no les ha impedido poner en marcha el doble de compañías que los profesionales con más de 50 años, generando además un 43% más de volumen de negocio, cifras que se extraen del estudio BNP Paribas Global Entrepreneur Report 2016, en el que han participado 2.600 empresarios de 18 países de Asia, Europa y Estados Unidos.
Sea cual sea la causa, la tendencia no para de crecer y ha provocado que muchos profesionales de cualquier edad se pregunten cuándo es un el momento para cambiar de trabajo. Lamentablemente, no existe una fórmula, ni calendario fijo, pues la decisión depende de las propias necesidades y ambiciones del trabajador.
Para Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, «cambiar a menudo de puesto dentro o fuera de la empresa no es un error, sino que enriquece al trabajador. Incluso para las empresas, esta tendencia a la movilidad laboral puede convertirse en un requisito. Por ese motivo, desde la escuela aconsejamos a nuestros estudiantes ser transparentes en las entrevistas de trabajo y no ocultar si es un job hopper, ya que es más importante explicar por qué se ha cambiado de trabajo que cada cuánto tiempo hay que hacerlo. Muchos hemos estado en puestos de trabajo en los que no estábamos a gusto, pero nos preocupa dejarlo demasiado pronto por temor a mostrar inestabilidad laboral en nuestro currículo. Sin embargo, es al contrario este hecho nos ayuda a tener un amplio currículo rico en experiencias”.