Hablar diferentes idiomas ya no es sólo imprescindible para el cv, es la llave que abre la puerta al mundo actual. Los negocios son cada vez más internacionales y las carreras profesionales se visualizan más allá de las fronteras del idioma nativo. Para las empresas, es una ventaja competitiva que sus equipos se desenvuelvan con soltura en otras lenguas y eso se aprecia en el diseño de sus planes de formación, en los que este capítulo tiene su propia cifra de inversión. ¿Qué elementos hay que tener en cuenta para que ésta no caiga en saco roto?
- Métodos innovadores basados en IA
La formación tradicional ha muerto… pero no del todo. Aún es habitual ver cursos de idiomas basados en los métodos tradicionales que ahora ya están superados por opciones más creativas , flexibles y, sobre todo, digitalizadas. Los formatos de formación más innovadores incorporan la Inteligencia Artificial para acompañar al alumno en su progreso de aprenedizaje de una manera mucho más personalizada.
- Integración segura con el LMS corporativo
Las temidas brechas de seguridad son la cara oculta de la digitalización masiva. Es imprescindible que la solución de formación adoptada cuente con el expertise de técnicos que puedan adelantarse, a modo de hackers éticos, a posibles vulneraciones, y que, a la vez, aseguren una integración fácil y rápida con el Learning Management System de la compañía.
- Control dinámico del progreso del alumno
Atrás quedaron los «exámenes de fin de curso». La evaluación del punto de partida es necesaria y debe tener su continuidad en evaluaciones periódicas, focalizadas y que animen al alumno a seguir avanzando. La inversión en formación es necesaria para adaptarse a la digitalización y su compañera de viaje va a ser cómo se mide su ROI tanto en términos de avance del alumno -individual y como colectivo- como de aplicación al puesto.
- Formación adaptada a las necesidades de los profesionales
Saber inglés es un commodity en un mundo de negocios globalizado pero no por ello se ha de aprender con un estándar de contenidos común. Es imprescindible conocer el nivel del idioma que se requiere en cada rol, así como las habilidades necesarias y las que se esperan para el desarrollo profesional de los alumnos. De esta forma, se pueden diseñar planes de formación realmente enfocados tanto a las necesidades de los profesionales como a los objetivos estratégicos de la compañía. Además, otra de las claves es elaborar un plan de formación continua y no puntual, para ampliar, especializar o perfeccionar los conocimientos de una forma constante. En este sentido, es necesario que los ecosistemas de formación estén siempre en continuo cambio para adaptarse a las necesidades de los nuevos entornos de trabajo.
- Las habilidades también se ejercitan aprendiendo idiomas.
Saber inglés, alemán, ruso, chino… es perfecto para para comunicarse pero, ¿y para hacerse entender? ¿Y los matices culturales cómo se aprecian? Ya no digamos los elementos del idioma técnico. El aprendizaje de idiomas también tiene que tener en cuenta la formación en habilidades porque son competencias clave para desenvolverse en equipos diversos distribuidos por todo el mundo y en entornos empresariales multiculturales. Ejemplo de ello son el desarrollo del liderazgo, el pensamiento crítico o la comunicación intercultural, así como habilidades más técnicas y necesarias para la adaptación a los nuevos puestos de trabajo, como la extracción y el análisis de datos o saber hablar sobre Inteligencia Artificial o transformación digital en un idioma no nativo.
‘’Es importante apostar por la creación de un ecosistema de formación empresarial que sea eficaz y dinámico, adaptado a nuevas tendencias, modalidades y a la realidad de cada compañía’ -explica Alfonso de la Torre, Director de ASTEX Empresas-. Ya no es suficiente con el conocimiento tradicional del idioma. Tenemos que trabajar en el ámbito de las habilidades, para superar las barreras culturales, de modo que los equipos estén preparados para el trabajo en entornos multiculturales’’.