Por Jaume Gurt, country manager para España de Videocation.- El momento vital que estamos viviendo en la actualidad lo cambia todo y en todos los sectores, acercando y conectando empresas muy distintas a competir (SEAT fabrica motos y patinetes, mientras que nuevos actores sólo fabrican coches). Como consecuencia, toma una especial relevancia la capacidad de aprender, la llamada «learnability». No solo se trata de aprender continuamente, sino de diversificar el tipo de aprendizajes que debemos desarrollar y la forma de hacerlo.
Las personas mayoritariamente nos hemos formado en las especialidades que nos permitían profundizar en aquellas habilidades que directamente conectaban con nuestros puestos de trabajo y que nos facilitaban progresar (desarrollo profesional), o en aquellas disciplinas que siempre hemos deseado aprender más allá del trabajo que desempeñamos (hobbies). Esto nos deja claro que el hombre solo aprende por necesidad o por deseo.
Especialmente desde las organizaciones, cuando se facilita formación a sus empleados (abro aquí un paréntesis: es una pena ver como todavía hoy existen muchas empresas en España que no forman a sus personas, y personas que no sienten ninguna atracción por formarse, una mirada estrecha que sin duda traerá sus consecuencias más pronto que tarde) se continúa con una aproximación vertical de la formación. Me explico, eres comercial te formo en ventas, eres de finanzas en temas financieros, eres programador te formo solo en lenguajes de programación, etc. Cada oveja con su pareja. Una mirada estrecha de un mundo antiguo, formada por silos organizacionales, reinos de taifas donde cada uno procura solo para sí y solo quiere saber de lo suyo.
Históricamente nos formamos en las universidades y centros de formación, un tiempo intenso, dedicado y acotado, en el que adquirimos las grandes bases que luego pulimos a través de la experiencia. En el mejor de los casos nosotros mismos (las estadísticas dicen que solo un 10-18% de las personas lo hacen recurrentemente) o nuestra empresa, recurriremos a o nos facilitarán un curso cada 1-2 años. Venimos de una tendencia gradual y lenta, donde descubríamos una necesidad, la buscábamos y la adquiríamos sin prisas (el mundo se movía a otra velocidad). Antes con esto bastaba, ahora cada día de actuamos así aumenta el gap entre lo que sabemos y lo que necesitamos saber, construyendo inconscientemente una brecha (alimentada por la ignorancia al cambio real que vivimos) que en ocasiones se volverá inabarcable cuando nos queramos darnos cuenta.
Ahora el factor tiempo es primordial, toda va muy deprisa y cada día más, por ello la learnability nos plantea el reto de empezar a muscular nuestro cerebro para desarrollar la capacidad de aprender rápido, a la vez que lo adaptamos para recibir aprendizajes de áreas más allá de las propias (le hemos dado de comer demasiado de lo mismo y ahora toca extender la dieta). En la actualidad no sabemos lo que requeriremos en el futuro hasta que aparece la necesidad de forma clara y repentina, entonces la necesidad se convierte en urgencia, estresante, apremiante, para ayer.
Ahora tenemos un alto riesgo de quedarnos fuera si tardamos mucho en aprenderlo, bien porque el gap a desarrollar es demasiado grande, bien porque las nuevas necesidades requieren de una base y experiencia que no tenemos.
Con estos nueve pasos lograras iniciarse en este arte de la learnability:
- Muscula el aprendizaje. Nuestro cerebro es un musculo que con entreno se supera a sí mismo, aliméntalo y nútrelo. Al principio no importa tanto el contenido que utilices porque lo relevante está en construir el hábito del aprendizaje continuo, a la vez que entrenamos la capacidad de aprender herramientas, habilidades y conceptos que van más allá de tu área funcional. Así se desarrolla la capacidad de aprender variado y rápido. Empieza eligiendo aquello que te guste o te motive. Amplia después a otros temas (no siempre nos tocara aprender aquello que amamos) de forma que cuando llegue el momento de una necesidad real y urgente estés en plena forma.
- Entrena todas las semanas. Como todo deporte, estar en forma se logra con la continuidad y la constancia, consigue que todas las semanas tu cerebro se alimente de ideas y conceptos nuevos. Aliméntalo para que aprenda continuamente. Es como el hambre, “comer y rascar todo e empezar”, desarrolla el hambre de aprendizaje. Adiestra a tu cerebro para crear el hábito y la continuidad de aprender todas las semanas.
- Construye hábitos. Busca tus espacios de aprendizaje y procura que siempre sean los mismos, nuestro cerebro agradece las rutinas. Igual que te duchas y lavas los dientes, resérvate 10-15 min al día (al cabo del año representa más de 40h de aprendizaje), un espacio pequeño que no estrese tu agenda pero que construya futuro.
- Resérvate espacio en la agenda. Steve Covey ya nos contaba en los 7 hábitos de la gente altamente efectiva la importancia de reservarnos tiempo para alimentar la mente. En esta vida atareada, lo que no se agenda no sucede.
- Aprender no solo es saber, es aplicarlo así es que «aplícate» a ello. Buscamos aprender y con ello cambiar comportamientos, no solo coleccionar cursos realizados de los que apenas aplico una muy pequeña parte. Pon en práctica los contendidos de los que te nutres, ahí radica el verdadero aprendizaje, sin ello se queda en la mera superficie del conocimiento. Ya sabes, el hábito hace al maestro, y para ser maestro necesitas 10.000 horas de vuelo.
- Acepta el error. Cada vez que aprendemos algo nuevo nace la posibilidad de equivocarnos, sin ello nunca avanzamos. No podemos creer que la primera vez que lo hagamos será perfecto, pero será el primer paso, el punto de inflexión desde el que crecer a través de los intentos continuados.
- Procura aprender con otros. Al igual que ir al gimnasio, cuando vamos acompañados resulta más fácil de persistir en los entrenos. El grupo vence la pereza individual, y alimenta la riqueza de alimentarte con ellos y a nutrir a los demás (cuatro ojos ven siempre más que dos). Acuerda con algunos amigos o compañeros de trabajo las temáticas que vais a trabajar, seguro que ello facilita también la diversidad de contenidos.
- Marca los tiempos y aprende colaborativamente. Define fecha de inicio y final para cada temática, y una vez finalizado busca espacios comunes con tus compañeros para debatir y hablar de ello, aprende de la mirada y experiencia de los demás. La inteligencia colectiva es una herramienta poderosa.
- Ponlo en práctica individualmente y apóyate en el grupo para crecer. En este proceso potenciarás la conexión entre los miembros. No hay nada como pertenecer a un club.
¿Cuáles son los primeros pasos que dar? Sabemos que la principal dificultad radica en el encontrar tiempo para aprender. Podemos forzar a las personas a sentarse en un aula, pero no las podemos obligar a aprender ya que las personas aprendemos por necesidad o por deseo.
Despierta la conciencia de tu equipo u organización, fomenta en tu empresa la necesidad de aprender, pon un pequeño espacio en la agenda de todos y crea un espacio en tus reuniones para trabajar el aprendizaje, inclúyelo en los planes estratégicos a la vez que despiertas la curiosidad y el deseo de aprender en ellos.
Si eres uno de los directivos: conviértete en el ejemplo a seguir. Desarrollando a las personas, desarrollas tu equipo, y en consecuencia tu empresa.