Aunque a lo largo de estos últimos meses se ha hablado mucho de la situación y de posibles cambios en el futuro, el pasado fin de semana llegó, un año más, el día en el que todos los españoles cambiamos las agujas del reloj y nos adaptamos definitivamente al horario invernal. Un hecho que puede influir negativamente en el bienestar de las personas más sensibles, aunque, aparentemente, sólo se trata de ajustar el reloj 60 minutos. Es posible que haya sido unos de los últimos cambios de hora que hagamos, ya que la Comisión Europea ha propuesto que en 2019 dejemos de lado este hábito con el objetivo de paliar los efectos negativos que tiene para la salud y que tanto afectan a muchas personas.