En apenas unos meses, el teletrabajo se ha convertido en un elemento central y estratégico en la gestión de las empresas, con negociación de Real Decreto incluido. El diseño y gestión de oficinas y espacios de trabajo se enfrenta a la mayor revolución desde la creación de las fábricas de producción centralizadas, y las personas han hecho el máster más rápido y eficaz de transformación digital en la historia del desarrollo de competencias.
Más allá de la compleja situación sanitaria y del impacto económico con el que esta pandemia está golpeando a nuestra sociedad, local y global, las consecuencias derivadas se trasladan a diferentes ámbitos socioeconómicos.
Numerosos expertos han hecho análisis y publicado informes, tendencias y sugerencias sobre lo que se ha venido a denominar el Futuro del Trabajo, si bien este futuro se convierte en presente a gran velocidad impulsado por las consecuencias de la pandemia. En este océano de reflexión y conocimiento, me gustaría contribuir con una mirada dirigida a las implicaciones en los Comportamientos en el Trabajo en tres niveles diferenciados: el del contexto o entorno, el social-organizacional y el de la esfera personal – individual.
Movilidad, Espacio y Tiempo
El primer impacto de estos nuevos comportamientos tiene que ver con los desplazamientos y la movilidad que, sin duda, condicionan la gestión del tiempo, la organización del espacio de trabajo y las rutinas y comportamientos instalados en nuestras jornadas laborales. Esto, sin olvidar el nivel de contaminación de las ciudades. Es cierto que un porcentaje importante de trabajos requieren de la presencia física y el desplazamiento hasta un lugar específico (fabricación, construcción o atención al público directa) con horarios fijos. Pero de manera creciente los trabajadores del conocimiento, los servicios, la atención a clientes a distancia y la producción distribuida eliminan la estricta necesidad de desplazamientos a grandes sedes en horarios fijos (el antiguo modelo fabril del siglo XIX).
Por eso necesitamos redefinir los espacios de trabajo y la gestión de los tiempos y desplazamientos. ¿Cuándo es “necesario» ir a la sede de mi empresa? ¿Cuándo a espacios de trabajo flexibles cercanos con servicios y entorno que nos apoyan y complementan profesionalmente? ¿Cuándo quedarse en casa para mejorar la conciliación familiar? ¿Qué equipamiento, espacio y servicios necesitamos para ser productivos y eficaces en el desempeño? Adiós a la rutina de lunes a viernes. Ahora toca organizar nuestro comportamiento laboral con una nueva mirada, sin duda con grandes ventajas, pero también con nuevos hábitos y rutinas desde primera hora de la mañana. Y todos sabemos que estos cambios en el día a día no son fáciles y requieren de disciplina y repetición. Aún más cuando las rutinas conviven y se entremezclan en función del día.
Engagement y Pertenencia
El segundo ámbito es el de los equipos y las organizaciones. El trabajo tiene un componente fundamental de interacción con otros, de compartir herramientas y procesos y de un sentimiento de pertenencia a un equipo, una organización, una misión. El entorno digital ha facilitado drásticamente los aspectos relacionados con procesos y herramientas y ese salto cualitativo y radical ha demostrado las posibilidades del trabajo en equipo a distancia con carácter mayoritario. Pero hay más dudas sobre el impacto en la calidad de las relaciones establecidas, en la durabilidad del engagement de los equipos, del sentido de pertenencia y del espacio de confianza entre la persona y la “organización” (que no dejan de ser otras personas).
Por eso, necesitamos hacer un importante esfuerzo en codificar y estructurar los procesos y herramientas con los que trabajar en entornos híbridos y distribuidos. Debemos aprender a generar entornos de colaboración, creatividad y productividad en esta nueva gestión de equipos. Para ello es necesario establecer acciones orientadas específicamente a la generación de confianza y cohesión en los equipos y crear ritos de conexión con el propósito del proyecto.
Competencias y Compromiso
Por último, muchos profesionales se enfrentan a un cambio radical de las formas de desempeño de su trabajo. No se trata “solamente” del máster acelerado en transición digital, sino también competencias diferentes y a un cambio de comportamiento en los propios procesos de trabajo (atención, interacción, procesamiento múltiple de canales de información, desanclaje del espacio físico, micro incentivos y motivación…). Y adicionalmente, cómo mantener el compromiso con la tarea y la confianza en el equipo sin tenerlos a la vista a diario y permanentemente.
Por eso, necesitamos un acompañamiento que nos ayude a adaptarnos a esta nueva realidad. Desarrollar nuevas competencias, nuevos comportamientos y nuevas rutinas que nos den seguridad en este nuevo entorno y que nos permitan disfrutar y aprovechar la flexibilidad, desde la confianza y la seguridad.
Ya en esta nueva realidad, incluso mientras vemos cómo evoluciona y, en algún momento desaparece, la pandemia, las empresas experimentan modelos de trabajo híbridos y se regula el teletrabajo. Esta tendencia ya no tiene marcha atrás. Parece que hay consenso en ese océano de reflexión y conocimiento sobre la transformación de las sedes en lugares de socialización, cohesión y colaboración; sobre el uso de diferentes espacios flexibles de trabajo en función de las preferencias y necesidades de la persona; sobre la flexibilidad y adaptación de las condiciones en función de la tipología y perfil del puestos y sobre la necesidad de sentimiento de pertenencia y confianza en una comunidad.
Sin duda va a ser necesario desarrollar procesos de acompañamiento y soporte en estos cambios para que, más allá del trauma impuesto por los confinamientos, se instalen nuevos aprendizajes, hábitos y comportamientos adecuados a la “nueva” realidad del trabajo.
Desde hace años, en Impact Hub venimos impulsando estos procesos de cambio: diseñando y gestionando espacios flexibles de trabajo; creando y dinamizando comunidades y equipos con sentido de pertenencia y compromiso; ofreciendo servicios, formación y mentorización a empresas y emprendedores; y haciéndolo con el propósito de impulsar la transformación del tejido productivo hacia la sostenibilidad y la Agenda 2030.
En el contexto actual, de cara a una reactivación económica y social, sentimos la responsabilidad y la necesidad de ponernos al servicio de estos cambios y de ofrecer nuestra experiencia para implementar estos procesos de transformación.
Artículo escrito por Antonio González, CEO Impact Hub SL.