Género, raza, edad, religión o discapacidad. El amor no entiende de etiquetas. Este vídeo muestra que a pesar de las diferencias, el corazón y el esqueleto no juzgan a las personas por sus características, si no por su esencia.
La pantalla de Rayos X que aparece en el vídeo podría equipararse con un filtro que otroga una visión sin prejuicios, sin esteriotipos ni estigmatizaciones. Una manera limpia y trasparente de contemplar al resto de las personas que salen de detrás de la pantalla. Y esto nos lleva a una reflexión obvia, ¿qué habríamos pensado si en lugar de observar unos esqueletos, hubiésemos visto en primer lugar a las personas? ¿Habríamos reaccionado igual?
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