Sana competencia por los mismos recursos, revalorización del trabajo del empleado, aumento de la competitividad y entorno adecuado para establecer procesos de trabajo transversales que facilitan, además, la comunicación multidireccional son las principales ventajas que el intraemprendimiento puede reportar a las organizaciones. Así lo explica Raúl del Pozo, fundador de Cink Emprende, para quien “el intraempredimiento sitúa a las empresas en una situación de ventaja en el marco de la competitividad empresarial ya que es una alternativa para fomentar los procesos de innovación interna que da lugar a nuevas propuestas que generan crecimiento y aportan nuevo valor al modelo de negocio”. En opinión de este experto apostar por el intraemprendimiento “permite identificar perfiles diferenciados que son relevantes y que están dispuestos a provocar y liderar un cambio, siendo también clave para la retención del mejor talento”.
La iniciativa de emprender dentro de la empresa para la que se está contratado necesita no sólo del impulso personal sino también del empujón de la propia organización. Si ésta respalda el intraemprendimiento el aumento de la vinculación y del compromiso del empleado con la empresa no se hace esperar, traduciéndose además en una mayor rentabilidad del coste salarial, puesto que los trabajadores tienen constancia de que aportan algo más que su trabajo diario.