
Un plan de acción en el que además de tener claro lo que se quiere conseguir, el trabajador implicado en ese cambio ha de ser muy consciente de las cosas que va a hacer para lograrlo, y también de las cosas que va a dejar de hacer con el fin de alcanzar su objetivo. Parece fácil, pero no lo es.
Nexian, la primera red nacional de agencias de Recursos Humanos con servicios y soluciones para todo tipo de empresas y organizaciones, asegura que para diseñar un plan de acción personal que lleve a la persona que lo ejecute hasta el cambio deseado, ese plan ha de contener metas claras y precisas a la par que objetivas y factibles.
Concentración y positivismo
De ahí la importancia de “concentrarse durante la creación de dicho plan y redactarlo sin ningún tipo de negativismo. Sólo si hace desde el positivismo, los resultados de ese plan serán positivos”, sostienen los expertos de Nexian.
Además de esa concentración y de esa visión positiva con respecto a lo que es capaz de hacer y lograr, el trabajador que ansíe un cambio en su trayectoria profesional ha de tener en cuenta algunos pasos para diseñar y ejecutar al detalle ese plan de acción. Según Nexian, son éstos:
1) Centrarse en lo que se quiere y no en lo que no se quiere, y en el porqué de ambas variables. “Establecer los objetivos y las metas que se quieran conseguir será un elemento clave para que el plan de acción personal se sostenga con el paso del tiempo. Un tiempo que además será fundamental determinar y cumplirlo a rajatabla”, nos explican desde Nexian.
2) Fijar todos los motivos por los que se quiere llevar a cabo ese plan de acción y tener muy claros los beneficios que se quieren obtener gracias a él. Para tener éxito en esta tarea, los expertos de Nexian aconsejan establecer propósitos a corto, medio y largo plazo. “Sin perder de vista la meta a largo plazo, es importantísimo que no se dejen de lado esos pequeños pasos que por ejemplo semanal, quincenal o mensualmente se dan, y se dan bien, para lograr el objetivo final”, matiza.
3) Anotar o tener muy bien registradas en el cerebro todas aquellas actividades que serán necesarias para lograr el propósito fijado y hacer autocrítica para pensar qué habilidades se tienen y cuáles se han de adquirir para superar cada meta.
4) Hacer un análisis de los riesgos o complicaciones que pueden surgir en el camino que será necesario recorrer para cumplir con el plan de acción personal. “Como en cualquier proyecto que el ser humano se plantea llevar a cabo, en un plan de acción personal con el que se pretenda cambiar la trayectoria profesional habrá que imaginar los obstáculos que podremos encontrarnos antes de que aparezcan para estar preparados y darles una solución”, explican desde Nexian.
5) Valorar el coste que supondrá ejecutar el plan de acción personal. Y no sólo el coste económico, si lo hubiera. También el coste de tiempo o dedicación de terceras personas que puedan estar implicadas en ese plan. “En el caso de que haya terceras personas implicadas, el ejecutor del plan de acción ha de delimitar desde el principio cuál es y será la responsabilidad de cada una de ellas”, añaden.
6) Definir qué o quién será(n) los apoyos o las recompensas para que la ejecución del plan de acción personal sea más llevadera. Según xxx, esas recompensas pueden ser muy variadas como ver una película, regalarse una comida o una cena en un restaurante, comprarse algo de ropa o dedicarse una hora del día a uno mismo cada vez que se haya cumplido alguno de los objetivos micro del plan macro de acción personal.
Autodisciplina y determinación
Además de todo lo anterior, Nexian matiza que para ejecutar un plan de acción personal que conduzca a un cambio laboral, la persona interesada tendrá que, además de cumplir con exactitud dicho plan, fortalecer cualidades como la autodisciplina y la determinación. “Fácil no es, pero sí es posible”, concluyen los expertos de Nexian.