Las técnicas basadas en simulación, donde se entrenan procesos hombre-máquina o estrategias de negocio, se pueden aplicar en el diseño de experiencias de aprendizaje estructuradas, pero también suponen una eficaz herramienta para la medición de competencias en la ejecución de un proceso o de un trabajo en equipo. Aplicadas a la PRL permiten adquirir hábitos de comportamiento que disminuyan las posibilidades de sufrir un accidente en el puesto de trabajo.
El aprendizaje basado en simulación protagoniza uno de los caminos más eficientes para el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes profesionales, al tiempo que protege a los alumnos de riesgos innecesarios.
Arturo Pérez Pulido, Manager de la Agencia de Innovación de Stratesys, y Miguel Pérez Arroyo, Director del Área de formación a clientes en FREMAP Seguridad y Salud S.L.U., escriben este mes en el número 116 de nuestra revista sobre la simulación y la PRL.