Annais Paradela8 mayo 20236min
Howden y Gympass han elaborado la guía “Talent Journey: Estrategias de Compensación Total”. Se trata de un estudio en el que establecen las seis fases que debe incluir un programa de bienestar para tener éxito en su implantación en las empresas.

 

El bienestar de los empleados se ha convertido en un elemento clave en las estrategias de recursos humanos. Además de ser un aliciente en la captación y fidelización del talento, un buen programa de bienestar permite incrementar productividad. Por ese motivo, es necesario que estos planes trabajen el bienestar emocional, el físico, el nutricional, el social y el financiero.

El wellbeing empresarial se enfoca en mejorar la salud y el bienestar de los empleados de una empresa. Se basa en la idea de que un ambiente laboral saludable y positivo no solo es beneficioso para generar un buen clima de trabajo, sino que también mejora la productividad, la motivación y la satisfacción de los profesionales”, explica Fran Murcia, Global Wellbeing Director de Howden Iberia.

Una de las herramientas que deben contener los planes de bienestar es la retribución flexible. Esto es, una oferta de productos y servicios que el empleado puede elegir para decidir cómo recibir su compensación.

Según Claudia Vélez, directora de redes y nuevos modelos de negocio de Compensa Capital Humano, del grupo Howden: “Estas medidas mejoran el equilibrio entre la vida laboral y personal del empleado y, con ello, alinean sus intereses con los de la organización, construyendo las bases de una relación a largo plazo que, sin duda, satisface a ambos. Además, es una forma efectiva de demostrar que la empresa valora a sus empleados y se preocupa por su bienestar”.

Por su parte, Tomás Dupuy, Director of Strategic Partnerships de Gympass, comenta que: “Para que una empresa entienda el retorno y el valor de la inversión en un programa de bienestar, primero tiene que ser consciente del impacto económico que tienen problemas como el estrés, la rotación, el presentismo y el sobrepeso existentes en la mayoría de las empresas. En cuanto las empresas analizan el tamaño de estos costes entienden mejor la importancia de una buena implementación y gestión de un programa holístico de bienestar, que no solo influye en el bienestar de sus empleados, sino también en las finanzas de su empresa”.

 

Las seis fases para implementar con éxito un programa de bienestar

 

Implementar un programa de bienestar en 6 fases

 

  1. Conocer las necesidades de los empleados. Conocer la situación de los trabajadores y saber qué esperan de un programa de bienestar para generar compromiso desde el inicio y asegurarse de que responde a sus necesidades reales.

 

  1. Marcar objetivos. Para conseguir que el programa sea eficaz, se debe establecer el periodo de tiempo durante el que se va a ejecutar, que debe ser de al menos un año. También debe incluir las metas que se desean lograr al implantarlo, por lo que es conveniente que la empresa esté comprometida a largo plazo. Entre esos objetivos pueden estar: atraer y fidelizar talento, reducir el absentismo, generar hábitos saludables, reducir costes relacionados con la salud, disminuir la rotación de personal, etc.

 

  1. Establecer un presupuesto. Debe aparecer en una partida específica en el presupuesto anual. Las empresas que invierten en un programa de bienestar tienen unas tasas de adhesión de hasta cinco veces más que las que no lo tienen.

 

  1. Crear un plan de comunicación adecuado. La estrategia de comunicación es crucial para que todos los empleados conozcan lo que ofrece el programa de bienestar de la compañía. Es recomendable utilizar todos los canales de comunicación con los empleados que existan, así como crear un calendario anual de comunicaciones y acciones para que estos reciban la información de forma recurrente. También se debe comunicar externamente para ayudar a mejorar la reputación de la empresa y atraer talento.

 

  1. Involucrar a la dirección. Esta es una fase clave. Es necesario el compromiso personal de los directivos de la compañía que están en los distintos niveles para que destinen presupuestos para el programa de bienestar, pero, sobre todo, para que los empleados se lo tomen en serio.

 

  1. Seguimiento y evaluación del programa. Dado que la implantación del programa de bienestar requiere de una inversión de la compañía, es necesario evaluar sus resultados de forma periódica y adaptarlo a las necesidades de los empleados en cada momento. Además, este seguimiento permitirá alinear el plan con las tendencias de mercado frente a la competencia.

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