La última edición del Espacio Factor Humà, conducida por la periodista, cantautora y presentadora Clara Sánchez-Castro quiso mostrar a través de una serie de charlas, conversaciones y ponencias las distintas vías para aprovechar cuatro de las oportunidades que ofrece la reinvención: una nueva mirada hacia el futuro del trabajo, la digitalización, la innovación sostenible y la oportunidad de soñar.
En el acto participaron Albert Cañigueral, autor de ‘El trabajo ya no es lo que era’, Mireia Ranera, VP & Digital HR Manager de Incipy, Luis Carbajo, Co-Founder & CEO de Vottun, Lara Carreter, CV Franchise Head Iberia de Sanofi, Chaume Sánchez, CEO de GeeksHubs, Maite Sáenz, directora en ORH, Pere Rafart, subcampeón mundial en Cartomagia del Campeonato Mundial de la FISM, y Nacho Villoch consultor experto en Innovación, Talento y Sostenibilidad. Y se ofreció una mirada optimista a la era de incertidumbre que vivimos. Con especial foco al mercado laboral de cara a 2023, las nuevas tecnologías (metaverso incluido), el diálogo a partir de la experiencia o la transformación exponencial y sostenible de las empresas.
Nuevas tecnologías y RRHH
Sin duda, una de las grandes oportunidades de reinvención viene de la mano de las nuevas tecnologías, tal y como señalaban Mireia Ranera y Luis Carbajo en su charla. Si bien el metaverso se sigue antojando algo remoto (especialmente tras las últimas desinversiones de compañías de renombre como Facebook), la transformación digital ha llegado para quedarse, porque «no es más que aprovechar la tecnología para mejorar nuestro negocio». Algo estrictamente necesario en pandemia, pero también para asegurar la supervivencia de las empresas en el nuevo contexto de incertidumbre.
Y, para ello, la tecnología en la que precisamente se basa el metaverso es la que puede ayudar a RRHH a ser aún más eficiente. Por ejemplo, con el uso de la tecnología de realidad virtual (VR) para realizar entrevistas a la plantilla en tiempo real, obteniendo un feedback más preciso que con otras herramientas como las encuestas de clima. O el uso blockchain, que «promete que todas las aptitudes que vayamos adquiriendo en nuestra carrera profesional se vayan registrando en esta nueva capa de información». Esto permite que se puedan verificar por terceras partes sin que nadie nos tenga que recomendar a una empresa.
La tecnología será (solo) el copiloto en el trabajo del futuro
¿Hasta qué punto la tecnología sustituirá al hombre? ¿Estamos todos en riesgo de perder nuestro empleo por culpa de la automatización? En absoluto. Es más, el rol de la tecnología será más el de un “copiloto” en los próximos años, tal y como apuntaba Albert Cañigueral durante su intervención en el Espacio Factor Humà 2022, celebrado en Barcelona el pasado 24 de noviembre. Una perspectiva optimista que hace referencia a las últimas innovaciones en el terreno laboral, casi siempre orientadas a acompañar o facilitar las tareas concretas de empleados, mandos intermedios y directivos.
Pero, además, esta transformación digital ha derivado en la creación de nuevos modelos de gestión que tratan de responder a las nuevas realidades organizacionales. “Gracias a la tecnología, la fuerza laboral ha cambiado desde el modelo tradicional, cuando uno se tiraba toda la vida en una compañía, hasta el modelo de trabajo flexible y autónomo, como el que se da en las plataformas de Delivery o de trabajo por horas. En medio, hay una serie de empresas en las que existe una plantilla fija y una variable en función de las necesidades puntuales”, señalaba Cañigueral.
Cómo aprovechar la digitalización en el día a día
En ese proceso de digitalización, que comenzó durante la pandemia, las empresas han ido incorporando poco a poco cada vez más herramientas digitales. Por eso, no es de extrañar que para Lara Carreter sea un proceso de transformación exponencial: «Durante 2020 tuvimos muchísimos cambios en nuestra forma de trabajar, pero ha sido este último año en el que de verdad hemos dado el gran salto».
«El gran reto de las personas es hacer un reskilling cultural añadiendo tecnología», añadía Chaume Sánchez. Un impulso que, desde luego, tiene que partir inequívocamente de RRHH. Y, para ello, es importantísimo contar con planes específicos y adaptados a cada perfil para motivar al cambio, en opinión de Maite Sáenz. Pero, al mismo tiempo, predicar con el ejemplo para crear una cultura digital saludable. Esto pasa por adoptar y normalizar cuestiones como el teletrabajo, del mismo modo que hemos aprendido a comunicarnos a través de videollamadas.
Innovación exponencial: la importancia de los momentos de metamorfosis
Y llevar a cabo este proceso a toda velocidad, tal y como señalaba durante su intervención Nacho Villoch. El problema es que, por mucha prisa o ganas que le pongamos, la reinvención profesional en un contexto de transformación digital acelerada requiere de un proceso que requiere de tiempo, de pausa, de aprendizaje. En sus propias palabras, «para ser una mariposa, no basta con desearlo: primero debemos crear un capullo, recogernos y trabajar para que eso ocurra».
Sobre todo, porque muchas veces olvidamos el sentido último de la innovación, incluso de la tecnológica. En el contexto laboral y empresarial, sirve para mejorar procesos y, por extensión, la calidad de vida de las personas. Pero en el contexto social actual, se le añade una segunda característica: ser más sostenibles. Un objetivo que, más allá de conllevar beneficios explícitos para las compañías (ahorro de costes, eficiencia energética, diversidad, equiparación salarial, disminución de la brecha de género…), tiene un sentido de estricta supervivencia para el ser humano. Por es, Villoch nos recuerda que la sostenibilidad se escribe con un S.O.S. delante.
