por Ángel Corbacho Cuecas, Psicólogo y arteterapeuta.
La salud mental se ha hecho un hueco en las conversaciones cotidianas y en las salas de juntas de las empresas por una razón de necesidad y de compromiso: en un entorno cada vez más complejo y tecnológico, nuestras mentes pueden llegar a su límite.
El aumento de los niveles de estrés puede hacer que los trabajadores pierdan la concentración. Esto hace cada vez más patente la necesidad de dar apoyo y ayudar a lidiar con las tensiones por parte de las organizaciones.
El número de personas que empiezan a contar y reivindicar sus historias individuales de salud mental ha crecido significativamente en los últimos años. El peso de la reciente pandemia mundial ha sido el gran empuje final para que la necesidad de comunicación sobre salud mental se hiciera con su sitio. Sin embargo, todavía se presta poca atención a la salud mental de sistemas como gobiernos, organizaciones y equipos.
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es «un estado de bienestar en el que cada individuo se da cuenta de su propio potencial, puede hacer frente a las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad».
Como todos formamos parte de equipos, no solo laborales, el tema de la salud mental no sólo es relevante a nivel individual, sino también a nivel colectivo.
El impacto de los cambios en los requisitos del lugar de trabajo
En la mayoría de las organizaciones, especialmente las que llevan varias décadas o más, la transición de las estructuras jerárquicas a los organismos ágiles requiere un nuevo conjunto de habilidades y perspectivas en comparación con el pasado. La rapidez de las nuevas tecnologías nos ha traído una exigencia tácita de adaptación, flexibilidad e inmediatez que en muchas ocasiones sobrepasan las capacidades naturales de nuestros organismos. En sociedades con mayor presión laboral, como Corea del Sur, los cuadros psicosomáticos se han agudizado en los últimos 4 años.
Pasar de formas de trabajo individuales a un esfuerzo más colectivo es un proceso de desarrollo a todos los niveles y puede tener grandes efectos en la salud mental del equipo.
Por su parte, las organizaciones más jóvenes se enfrentan a una serie de retos diferentes: Los empleados de generaciones más nuevas exigen más apertura y transparencia, y también están dispuestos a pasar página mucho más rápidamente si el entorno no se percibe como uno de crecimiento y desarrollo positivos.
Una mayor fluctuación y una fuerza de trabajo cada vez más remota suelen dificultar la integración de los valores de la empresa y la creación de un nivel sostenible de confianza y conexión dentro de los equipos. De nuevo, esto puede tener efectos significativos en la salud mental del equipo.
Medir y conocer la salud mental
A continuación se exponen algunas de las formas más populares de medir la salud de los empleados por parte de los responsables de RRHH y de los responsables de línea:
- Comprobación periódica individual con los superiores jerárquicos
Cuando el tiempo medio que los empleados pasan sin hablar con sus jefes y compañeros de trabajo es bastante largo o carente de respuestas correctas puede ser perjudicial tanto para el empleado como para su trabajo. Los empleados de teletrabajo que no se sienten vistos son más propensos a experimentar sentimientos de agotamiento, síndrome del impostor -que se traduce en sentimientos de inadecuación y dudas sobre sí mismos- y soledad.
- Revisiones periódicas uno a uno con los equipos de RR. HH.
La forma de superar el estigma asociado a las enfermedades mentales es dejar de tratarlas como un tabú. Para ello se tiene que hablar de ello con franqueza y ayudar a los que tienen problemas a darse cuenta de que no están solos. Es responsabilidad de la organización hacer constar periódicamente estos recursos.
- Utilización de terapias, recursos o aplicaciones de suscripción a la salud mental
En general no se debe esperar a que aparezcan problemas para cuidar de la salud mental, al igual que hacemos con la salud física. Los empleados que tienen acceso a aplicaciones o servicios de apoyo mental presentan menos posibilidades de caer en dificultades y sufrimiento. Un espacio dedicado a soltar tensiones puede ayudarles a recargar la energía y mantener una salud mental positiva de los empleados. Cada pequeño detalle ayuda.
- Utilización de programas de asistencia a los empleados
Hay empresas que se han actualizado, cómo Verizon en Estados Unidos (Samantha Chan, 2021), y tratan de proteger el bienestar físico y mental de sus empleados mediante el acceso a un servicio de asesoramiento las 24 horas del día, seminarios web del director general, un programa de asistencia a los empleados, un equipo de apoyo de Covid creado por RRHH, sesiones de meditación y mindfulness y seminarios web sobre salud mental. Los equipos son una fuente fiable y válida de conocimiento del clima laboral y las necesidades individuales.
- Datos anónimos de las aplicaciones de salud mental
Asegúrese de que sus empleados conozcan los recursos de apoyo disponibles y que puedan participar en encuestas y en estadísticas de forma anónima. El análisis de metadatos, respetando la privacidad, es una herramienta muy poderosa que nos ha llevado a un nivel sin precedentes sobre el conocimiento de la conducta humana.
- Encuestas anónimas periódicas a toda la plantilla
Desde la directiva se puede creer que las medidas tomadas en relación al bienestar mental son suficientes. Pero es muy importante hacer encuestas para saber si los empleados perciben si su salud y bienestar han sido la principal prioridad de la empresa. A su vez las encuestas pueden ayudar a conocer qué debe cambiar.
- Encuestas ad hoc a través de los directivos o RR. HH.
Cuando se les pregunta qué es lo que hace especial a un directivo, es decir, los principales rasgos de un buen directivo, los empleados dicen que buscan a alguien que se preocupe de verdad por el equilibrio entre la vida laboral y la personal de sus subordinados, que tenga una actitud positiva y buen sentido del humor, que apoye a los miembros del equipo. Un directivo con capacidad de leer y entender a las personas puede ser una herramienta para conocer el estado de ánimo de los miembros del grupo.
En conclusión, la importancia de cuidar y conocer la salud mental del grupo en las organizaciones es un asunto imposible de ignorar en nuestra época de entornos laborales cambiantes y personas conscientes de sus necesidades emocionales.
Pese al esfuerzo que se está realizando para que se reconozca su importancia y para que se tenga en cuenta la necesidad de mostrar más apoyo, manejar desde una posición vertical la temática del bienestar psicológico es un asunto muy delicado para afrontarlo con una simple pregunta de “cómo estás” o “te escucho”.
Hay formas más sensibles y cuidadosas con el empleado de hacer una buena captación de datos sobre malestar o bienestar, y que a la vez generen datos fiables. Como hemos visto, el entrenamiento en relaciones humanas, el anonimato y la introducción de recursos de apoyo psicológicos son la base para conocer sin “zarandear” el estado de los miembros de las organizaciones.