“No concibo que el 99% de las empresas no tenga un plan de beneficios dentro de 5 años; el resto, como los dinosaurios, se habrán extinguido por no saber adaptarse”, con esta certeza se expresaba Guillermo Sánchez, CEO de Flexoh, durante el pasado webinar ‘No seas un dinosaurio, y paga a tus empleados como lo hacen las empresas modernas’, asegurando que los programas de compensación “cubren varias de sus necesidades, y ya están justificados si solo nos atenemos a la comparación del coste frente al retorno”.
Y es que, gracias a las explicaciones tanto del propio Guillermo como a las de Alejandro Sánchez, cofundador de Flexoh, las conclusiones de este Webinar ORH dejaron claro que las políticas de retribución flexible deben formar parte de los rasgos distintivos de cualquier marca de empleador: “La propuesta de valor que dan las empresas a los trabajadores debe adaptarse y evolucionar. Ahora hay que integrar las distintas prioridades que llegan con el cambio generacional; por ejemplo, la flexibilidad a la hora de acceder a los incentivos, los beneficios en el ámbito de la salud mental o las políticas de sostenibilidad caracterizan las demandas de las nuevas generaciones”.
“El contexto laboral es muy difícil”, recordaba Guillermo Sánchez, “rotación, escasez de talento, competitividad global… y una forma de luchar contra esto es mejorar la satisfacción de los empleados. Entre otras ventajas, los programas de beneficios generan un vínculo de pertenencia dentro de las plantillas. Y es evidente que un trabajador motivado resulta más productivo”.
Asimismo, si antiguamente lo que dentro del entorno laboral se ofrecía al trabajador eran –por norma general– la nómina al final de mes y una posibilidad de avanzar dentro de la empresa, ahora las opciones son muchos más numerosas. Los incentivos flexibles cubren necesidades no económicas igual de importantes o más, ya sean personales, familiares, profesionales… en función del ciclo de vida de cada cual.
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