H2H: el nuevo B2B se dirime en el mundo del «human to human»
Las tradicionales 4’p del marketing -producto, precio, punto de venta y promoción- es ahora una única p: personas. Y éstas centran el foco de atención tanto en su rol de clientes como el que tienen como empleados. Las razones hay que buscarlas en el significado real que ahora tienen las marcas en el mercado y que reside principalmente en la coherencia de lo que las organizaciones que tienen detrás hacen hacia afuera y hacia adentro. Así se ha expresado el experto en branding, Andy Stalman, durante el primer día de la jornada corporativa anual de Alma de Carraovejas, en la que los equipos de proyecto de este grupo de empresas bodegueras vallisoletanas comparten dos días de charlas y actividades inspiradas por el propio CEO de la organización, Pedro Ruiz.
“El branding es el alma de una empresa”, ha comenzado su intervención el autor de “Totem”; su parte intangible está en el sentido, el propósito y el significado, y su parte tangible reside en cómo aterrizamos todo ello en lo que dice, comparte y hace. “Ese ejercicio construye la imagen de la marca desde su autenticidad y en él el elemento más diferenciador son las personas”, ha afirmado Stalman, para quien ahora los empleados son la marca y no los embajadores de la marca.
En su línea de razonamiento, ubicar a las personas en el centro de la organización, ya sean clientes o empleados, requiere de una filosofía de liderazgo convencido de que las buenas experiencias de los clientes tiene su origen en las buenas experiencias de los empleados. Este es el origen del nuevo concepto del H2H (human to human) que sustituye al tradicional B2B y con el que Stalman aboga por centrar los esfuerzos de las marcas en invertir en relaciones más que en transacciones.
“Las personas somos muy parecidas en lo esencial, en lo que queremos, y es que nos traten bien”, estemos donde estemos y con quien estemos. Esa es la filosofía que subyace en el discurso actual de crear experiencias que nos hagan elegibles ante los clientes, con el matiz de que el trecho que va del dicho al hecho se acorta.
El contrato con el cliente se renueva cada día cumpliendo las promesas permanentemente, de la misma manera que el contrato con el empleado se actualiza momento a momento de su ciclo de vida en la organización.