La pandemia ha roto paradigmas y acelerado el cambio cultural, porque no hay mayor facilitador para fomentar un comportamiento que eliminar la alternativa, de forma que al no ser viable relacionarnos presencialmente se ha hecho esencial hacerlo de forma digital.
El desarrollo del puesto digital ha sido la única opción durante estos meses y se ha demostrado que es posible mantener la productividad estando deslocalizado y sin acudir presencialmente a un entorno de trabajo. Esta situación ha reabierto el debate acerca sobre el trabajo en movilidad, en remoto o smartworking como elemento clave para garantizar el equilibrio en las organizaciones y la fidelización del talento.
Los empleados buscan autonomía, conexión con la marca y los compañeros, estar informados en tiempo real, seguridad, tener impacto en la sociedad con lo que hacen., tener agilidad y equilibrio y es nuestra responsabilidad garantizar que esto se cumple si queremos fidelizarlos y que desarrollen su carrera con nosotros.
De cara a la etapa post-pandemia tenemos que trabajar con los líderes en la gestión de equipos híbridos, además de asegurarnos en encontrar un equilibrio entre lo presencial y digital con el objetivo de mantener conectadas a las personas con la cultura de la organización y con los equipos.