La pandemia, el confinamiento y las medidas adoptadas para prevenir los contagios están suponiendo un momento de inflexión personal y profesional para todos nosotros. El contrato psicológico entre empresa y trabajador pende ahora del hilo de la incertidumbre. Las personas nos preguntamos por la utilidad de nuestro trabajo, por qué aportación real hacemos a un mundo en el que lo verdaderamente importante pocas veces tiene relación con nuestro día a día. “Esta conmoción ha desencadenado algunos cuestionamientos como, por ejemplo, la utilidad social de las profesiones, el sentido de los empleos y los trabajos basura, e incluso el propio sentido del trabajo. Pero también ha cambiado la forma en la que se afronta la transición profesional”, ha explicado Gildas Fras, responsable internacional de PerformanSe, durante el #WebinarORH “Proyectarse positivamente en tiempos de crisis”.
En este contexto, la empresa ha de prestar un apoyo fundamental a sus colaboradores para reducir los factores que limitan su proyección positiva respecto al futuro. Para ello, ha de ayudarles a identificar las amenazas o desafíos para convertirlos en retos y a saber de qué recursos disponen para enfrentarse a ellos.