Los parámetros de rendimiento de los trabajadores son la principal preocupación de muchas empresas y profesionales de Recursos Humanos, que necesitan crear dinámicas de trabajo estables y asequibles para todos y mejorar la productividad de los equipos.
Miguel Navarro, CEO y fundador de la escuela de formación online Productividad Feroz, propone una serie de estrategias específicamente orientadas al mejor rendimiento de los equipos:
- Definir una hoja de ruta compartida
Todas las personas tienen que participar en las reuniones de crecimiento de negocio ya que es estimulante e inspirador, y puede dar lugar a ideas que no pasen por la cabeza del líder.
- Establecer reglas de seguimiento
Las reuniones diarias pueden realizarse de forma ágil y rápida para compartir lo que se hizo ayer y lo que se tiene pensado hacer durante el día. Cada persona tiene un tiempo de intervención y sabe que tiene que dar un reporte de forma pública, esto hace que el trabajador tenga ganas de dar buenas noticias e incentiva el rendimiento en el trabajo que se hace a diario.
- Ayudar a cada persona del equipo con su productividad
En ocasiones, alguno de los trabajadores puede no estar desempeñando su trabajo de la mejor forma posible, y la tendencia es culpar al empleado. La mejor forma de solucionar este problema es analizar qué es lo que hace exactamente y con qué cosas pierde el tiempo, tras este proceso lo mejor es hablar con el trabajador y enseñarle a priorizar tareas para maximizar su productividad.
- Establecer parámetros de rendimiento
Encontrar un indicador fácil de medir es imprescindible para detectar un fallo en el equipo, como pueden ser los resultados por hora o por día. Muchos empleados realmente no saben cuántas cosas tienen que hacer durante el día para resultar productivos y necesitan un estándar por el cual guiarse. Medir es imprescindible para optimizar el trabajo.
- ¿Qué hacer, cómo hacerlo y por qué?
El trabajador siempre tiene que saber los motivos y los resultados que tiene su trabajo, qué es urgente, por qué algo es prioritario. Es necesario que el líder comunique los motivos y las causas de las tareas que tiene que desempeñar el trabajador. Un líder o mentor siempre tiene que ser una persona didáctica que esté dispuesta a solucionar las dudas del trabajador.
- Juegos en momentos clave
Plantear el trabajo como un desafío, o incluso como un juego, convirtiéndolo en una tarea grupal que pueda llegar a ser divertida para todos. Esto es perfecto para momentos en los que se está realizando algún proyecto concreto, o en vista a un objetivo clave.
- Equilibrio entre parte profesional y parte humana
Existen los estereotipos del jefe serio y del jefe simpático, el primero infunde miedo y el segundo dejadez, pero la clave está en el equilibrio. El líder está tratando con personas que tienen problemas y altibajos, y tiene que ser capaz de comprender a cada trabajador para conectar con su parte humana, y para esto lo mejor es compartir espacios, como el típico “afterwork”.
- Eliminar controles
Delegar tareas es fundamental para aumentar la confianza con el equipo, y de esta forma su productividad. La supervisión y aprobación constante del líder sobre todas las tareas, si son demasiadas, puede ocasionar un cuello de botella que produzca retrasos innecesarios y un descenso de la productividad.
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