Síndrome postvacacional: qué hacer para sobrellevar la vuelta a la oficina

Redacción ORH5 septiembre 202210min
Cómo mantenerse activo teletrabajando

Tal como canta Amaral: “no quedan días de verano”. Se aproxima el fin de agosto y por ende, llega septiembre y con él el fin de las vacaciones. La vuelta a la rutina debería significar una reincorporación a la oficina llena de ánimo y motivación, pero no siempre es el caso. Si en vez de sentirnos llenos de energía y dispuestos a trabajar, nos encontramos en un constante estado de preocupación, estrés y amargura, desánimo y agotamiento, podríamos estar padeciendo el  síndrome postvacacional.

El síndrome postvacacional es un malestar general o trastorno adaptativo que podemos experimentar tras finalizar las vacaciones. Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), el 60 % de los trabajadores españoles padecen este fenómeno, que también es bastante común en el colectivo que retoma los estudios.

En la vida, lo único constante es el cambio. El ser humano es capaz de adaptarse al cambio, pero al principio, le cuesta. Pasar de un ambiente relajado, como son las vacaciones de verano, en donde predomina descansar y desconectar, al ámbito corporativo donde debemos cumplir apresuradamente con las exigencias y obligaciones laborales, comprende un cambio brusco y repentino que provoca estrés. El estrés en sí es una respuesta adaptativa y normal, pero si persiste en el tiempo, puede suponer un desgaste y agotamiento perjudicial para nuestra salud. Así surge el síndrome postvacacional.

¿Cómo puedo identificarlo?

La fatiga, la falta de apetito, la somnolencia y los dolores musculares son algunos de los síntomas físicos que pueden presentarse. A estos, hay que sumarles los síntomas psicológicos, como son la apatía, la inquietud, la irritabilidad y hasta la tristeza. Esta sintomatología empeora nuestro procesamiento cognitivo: se disminuye la atención y la concentración, lo que, a su vez, afecta negativamente a la memoria, ya que no estamos procesando la información correctamente, en primer lugar, por lo que nos será difícil retenerla y recuperarla.

Como es de esperar, nuestro rendimiento laboral no estará “al pie del cañón” si nuestro estado físico y mental se encuentran en esta encrucijada. Debido al estrés, no seremos capaces de desconectar en casa y descansar con plenitud, por lo que nos despistaremos con facilidad en la oficina y no seremos eficientes a la hora de desempeñar nuestras responsabilidades, lo que aumentará nuestra frustración e irritabilidad y así sucesivamente. A pesar de que el síndrome postvacacional nos ocasiona ciertos inconvenientes, sólo debería durar un par de semanas.

Si persiste conviene recurrir a un profesional de la psicología para recuperarnos cuanto antes y no seguir desgastándonos.

¿Cómo puedo superar el síndrome postvacacional?
Psicólogos de TherapyChat te proponen estas técnicas que pueden facilitar tu regreso a la oficina:

  • Planifica el regreso al trabajo: Si planificas que tus vacaciones terminen un domingo para volver a la oficina el lunes, el cambio súbito y repentino será agobiante y difícil de sobrellevar. Una buena opción, si es posible, es pautar el regreso a la oficina un miércoles o jueves, para así tener el fin de semana más próximo y la adaptación sea más gradual. Otra estrategia es apartar tres o cuatro días antes del regreso a la oficina y dedicarlos exclusivamente a reanudar tu itinerario usual desde casa. Despiértate a la misma hora que sueles hacer para ir al trabajo y procura mantener un nivel de actividad moderado o alto a lo largo del día. Estos días son ideales para definir las prioridades que debes abordar tan pronto vuelvas al trabajo. Lo más recomendable es hacer listas, estableciendo prioridades y valorando lo importante y lo urgente.
  • Retoma el trabajo gradualmente: Un día corporativo puede comprender muchos cambios a nivel empresarial, por lo que es lógico que haya mucha información novedosa que procesar y asimilar al volver de las vacaciones de verano. Por esto es sumamente importante que se retome el trabajo de manera paulatina y que se acepte la inevitable e indiscutible verdad de que tomará un poco de tiempo ponerse al día. Trabajar ocho horas al día, con energía y motivación, es un hábito que creamos con la repetición. Al irnos de vacaciones, perdemos ese hábito y adquirimos otros. La readaptación será más llevadera si ajustamos las expectativas y procuramos enfocar los primeros días a familiarizarnos con todas las novedades.
  • Pon en práctica una rutina potenciadora: El síndrome postvacacional afecta seriamente a nuestro estado anímico y cognitivo. Una estrategia ideal para combatir este malestar es a través de la activación de las hormonas de la felicidad: la endorfina, la serotonina, la dopamina y la oxitocina. Cuando estas hormonas son liberadas, se genera una sensación de bienestar, placer, euforia y por ende, de felicidad en nosotros. ¿Cómo podemos generar su producción? Llevando a cabo actividades placenteras y sanas, que favorezcan una mejora en nuestra salud mental y física. Cumplimentar una rutina en donde se priorice dormir lo suficiente, practicar un deporte o actividad física de nuestro agrado y seguir una dieta balanceada, potenciará una mejoría en nuestro bienestar general y nos ayudará a contrarrestar los síntomas provocados por el síndrome postvacacional.
  • Respeta los itinerarios y los espacios: Es importante desconectar y dejar el trabajo donde pertenece, fuera de la casa y lejos del descanso. La carga laboral no se irá a ninguna parte y estará esperándote de nuevo en la oficina al día siguiente. De nada sirve tomar la hora libre del turno partido para “avanzar” con todo lo pendiente y llevar trabajo a casa imposibilitará una buena conciliación familiar y personal. Recuerda que el descanso es sumamente importante, ya que nos permite reponer todos los recursos que hemos utilizado a lo largo del día para desempeñar nuestra labor y es lo que evita que suframos un agotamiento físico y mental.
  • No dejes de lado la mentalidad de verano: El verano suele traer consigo una alta expectativa de disfrute, descanso y diversión. Esta mentalidad es altamente común en los países que cuentan con una gran diversidad climática, como son los países europeos. Después de todo, es difícil encontrar la fuerza de voluntad para ir de paseo o practicar deporte cuando no para de llover y el frío nos invita a permanecer en casa. Sin embargo, tan solo porque acabe el verano no significa que debamos cambiar de perspectiva. ¿Por qué debemos limitar la diversión y el descanso a una etapa del año? Viajar, ser espontáneos y priorizar el descanso son hábitos que debemos incorporar en nuestro diario vivir. Igual como hacemos el hueco durante el verano, lo podemos hacer durante las otras etapas del año. Puede ser que la motivación no fluya de igual manera, pero no podemos depender de ella. Recuerda que lo importante para la creación de hábitos no es sentirnos motivados, sino tener disciplina y ejecutar aquello que nos proponemos, independientemente de si nos apetece o no.

La vuelta a la oficina no tiene por qué ser un calvario ni algo que nos atemorice. Con una buena organización, tendrás todo a tu favor para que el regreso de las vacaciones sea llevadero y exitoso.

Ten paciencia, gestiona tu tiempo correctamente, retoma el trabajo gradualmente y realiza una tarea a la vez, evitando las prisas y los agobios.

Como bien dijo Fito & Fitipaldis: “camina despacito que las prisas no son buenas”. Podrás comprobar que poniendo en práctica estas estrategias y teniendo disciplina, recuperarás tu ritmo usual y no te será tan cuesta arriba retomar el trabajo la próxima vez que vuelvas de las vacaciones.

Contenido redactado por el Equipo de Contenido Clínico de TherapyChat liderado por Isabel Aranda,  psicóloga sanitaria y Clinical Content Officer.


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