Las compañías españolas invierten millones de euros al año en formar a sus trabajadores pero la gran mayoría no se aseguran luego de que los conocimientos adquiridos se retengan y se apliquen. Preparar cada hora lectiva requiere al formador más de 42 horas de dedicación, según la Association for Talent Development, pero si no se hace nada efectivo para evitarlo, en las 48h posteriores los empleados olvidarán el 70% de todo lo impartido (Curva del olvido de Hermann Ebbinghaus), y hasta el 90% semanas después, sin que nunca se llegue a transferir al día a día profesional. La causa: un ineficiente modelo tradicional de formación corporativa, muy poco alineado con la forma como hoy se conoce que realmente aprende el cerebro humano.