Entre los retos del directivo, siempre debe estar presente la observación de todo su entorno y especialmente lo que afecta a la buena marcha de su compañía. Así deberá estar alerta del comportamiento de sus clientes, del de la competencia y de los avances en que se están produciendo, no solo en su sector, sino en otros cuyos cambios, también podría aprovechar y adaptar.