La permanencia de los trabajadores en sus empresas y su productividad no sólo depende de los planes de carrera que cada compañía ofrezca o de una eventual mejora de condiciones cada cierto tiempo. Esa permanencia y esa productividad están cada vez más vinculadas al ambiente laboral que exista en el equipo y a las relaciones profesionales y personales que se establezcan entre sus miembros.