La brecha de género en el sector tecnológico tiene su origen en las aulas. En España, apenas un 25,5% de las estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato se deciden por los campos de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), y este porcentaje se eleva a 28,1% cuando se trata de las jóvenes gallegas*.