Las buenas prácticas y la excelencia en la gestión, el “hacer bien las cosas que hay que hacer”, han pasado a ser hoy en día uno de los activos más valorados en cualquier tipo de organización. Algo que solo es posible conseguir gracias a la constancia y a la implicación de todas las personas que forman la organización, de sus partners, de sus clientes, de sus líderes, etc, que ayudan a construir un modelo de gestión óptimo. Sin embargo, a pesar de lo positivo de ser excelentes, en ocasiones es algo no se comunica.