La autoevaluación parte del autoconocimiento. Conocerse en profundidad, identificar las fortalezas personales y profesionales, así como los puntos débiles y cómo compensarlos es la mejor manera de afrontar un proceso de selección con garantías. De este modo resulta más sencillo poder destacar los propios puntos fuertes para introducirlos dentro del argumentario a destacar en una entrevista.