Al igual que los momentos de la verdad de cliente apenas suelen tener un minuto de duración, los momentos de la verdad del empleado son también hitos breves pero de gran intensidad en los que se generan experiencias que refuerzan la vinculación con la organización. Por ello, gestionar la experiencia empleado significa empoderarle para llegar más y mejor al cliente, dándole razones para contagiar confianza en la marca.