El talento, la experiencia laboral y la formación académica, muy a menudo, no son los únicos criterios que las compañías valoran a la hora de realizar una contratación.
Nacionalidad, sexo o físico son criterios también muy estudiados a la hora de entrevistar y, posteriormente contratar a una persona, por lo que en ocasiones se producen discriminaciones que nada tiene que ver con el rendimiento que, a futuro, podría producir dicho trabajador.