El entorno laboral cambiante, la necesidad de perfiles multidisciplinares, la aparición de nuevas líneas de desarrollo profesional o la necesidad de nuevas profesiones ahora emergentes, hacen que las empresas requieran cada vez más habilidades o características concretas para los profesionales que se incorporan a sus empresas. Aunque es esencial que los profesionales estén técnicamente cualificados a través de la formación y/o experiencia, las empresas cada vez valoran más a los profesionales que, además, sean capaces de desarrollarse en equipo o sean capaces de comunicar esta experiencia para la toma de decisiones dentro de un proyecto.