Existen mitos en la cocina que nos llevan a creer que algunos alimentos deben ser eliminados de nuestra dieta si queremos ser saludables en nuestras comidas. Nada más erróneo, desterrar estos alimentos no siempre es lo ideal, a no ser que mostremos intolerancia a alguno de ellos. Estos son los principales mitos, enumerados por El Mundo, que presentan algunos alimentos:

1. GLUTEN
Al contrario de lo que lo se crea, el gluten es una proteína que no engorda y no es dañina para la salud. Es obvia su exclusión para personas celíacas pero no para el resto. Si eliminamos esta fuente tendríamos que acudir a otros sustitutos que son “totalmente necesarios cuando existe intolerancia pero totalmente innecesarios cuando no la hay”, explica el doctor Martínez Olmos.
2. LACTOSA
Si no existe intolerancia, no es beneficioso eliminarla. Tampoco engorda y de hecho, los productos de lactosa tienen precios más elevados lo que perjudica a nuestros bolsillos. También es posible sustituirla por otros azúcares pero si la eliminamos sin razones no estamos asegurando una mejor digestión, sino que se pierde una importante fuente de nutrientes para el organismo.
3. AZÚCAR
El consumo excesivo de azúcar aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares pero eso no significa que haya que desterrar este alimento de nuestra dieta en su totalidad. El consumo moderado no tiene por qué perjudicar a ningún persona. De hecho, muchos expertos aseguran que la glucosa es el combustible del cerebro y que mejora la atención, la memoria y el aprendizaje.
4. SAL
Su excesivo uso se relaciona con problemas de hipertensión arterial pero, como casi todo, su consumo moderado es favorable para nuestra salud. “La sal contiene importantes fuentes ocultas, sobre todo con uno de sus componentes que es el sodio”, explica el endocrino. El sodio, junto con el cloro, contribuye a regular la presión arterial, controlar el equilibrio de fluidos y mantener las condiciones apropiadas para el funcionamiento de músculos y nervios.
5. ACEITE
Alimento al que también se le acusa de engordar y, aunque no se debe abusar de él en la cocina, tiene un perfil de ácidos grasos muy saludables. En la dieta mediterránea es primordial el uso de aceite de oliva.
6. GRASAS
“El consumidor se confía pensando que por consumir un producto manipulado industrialmente que se etiqueta como bajo en grasa lo puede consumir en la cantidad que quiera, pero esto va a provocar desequilibrios en su alimentación”, asegura. Las grasas son componentes importantes de nuestro organismo que con un uso moderado y un estilo de vida saludable no perjudican a la salud tanto como creemos.
7. CARNE ROJA
La carne no solo contiene proteínas, también otros componentes, y el exceso de carne roja junto con otros elementos añadidos como grasas de origen animal está relacionado con problemas que aumentan el riesgo cardiovascular y con determinados tipos de cáncer. Esto no significa que debamos eliminarla en su totalidad de nuestra dieta, “hay que ponerla en su sitio”. Se pueden acudir a otras fuentes de proteínas para así no abusar de este alimento.
8. HIDRATOS DE CARBONO
Tener una dieta saludable no significa dejar de comer pasta… Según el doctor, los hidratos de carbono no hay que eliminarlos, solo controlarlos y saber diferenciarlos. Los hay complejos, que deben constituir la fuente mayoritaria de aporte energético en nuestra alimentación, y los simples, los llamados azúcares.