Males de la errónea implantación de la Prevención de Riesgos Laborales

Redacción ORH16 mayo 20168min

Javier Lobato Márquez, director de RR.HH. en Mafrica S.A, escribe en su perfil de LinkedIn sobre algunos malos comportamientos en empresas que no implantan correctamente la política de Prevención y Riesgos Laborales. Según comenta en su entrada, y desde su experiencia como técnico superior de PRL, dice sorprenderse de las actuaciones de algunas compañías con respecto a esta materia. Márquez expone seis males que hacen imposible cualquier intento de conseguir una empresa segura:

prevención
En la PRL tiene que estar implicada desde la cúpula directiva y/o gerencia, hasta el último de los trabajadores.
1. NO CONSIDERAR LA PREVENCIÓN COMO PARTE DE LA ESTRATEGIA

La Prevención de Riesgos Laborales debe estar integrada dentro de la estrategia. Sólo de esta manera se conseguirá fijar un objetivo concreto con unos indicadores de seguimiento que permitan conocer la situación actual, saber si estamos haciendo bien el trabajo en relación a los resultados obtenidos en comparación con el objetivo fijado y establecer las medidas correctoras necesarias. Pero el control no es el único motivo por el que debemos contar como parte de la estrategia corporativa a la Prevención de Riesgos Laborales. Debemos tener presente el coste que supone. Un coste humano y económico tan importante que en ocasiones no se tiene en cuenta. Tenemos el coste de la posible sanción, más el coste correspondiente al Absentismo derivado de una posible baja, tenemos un coste social vinculado a la imagen de marca y un coste en el clima laboral.

2. QUE LA PREVENCIÓN NO ESTÉ INTEGRADA EN LA ORGANIZACIÓN DE FORMA EFECTIVA

Es esencial y requisito normativo que la prevención esté integrada de forma efectiva en la estructura organizativa. Tiene que estar implicada desde la cúpula directiva y/o gerencia, hasta el último de los trabajadores. Pero está claro que es primordial que la máxima implicación sea por parte de la gerencia, ya que en numerosas ocasiones dependeremos de sus decisiones en el momento de aplicar alguna de las acciones que se tengan que llevar a cabo.

3. FALTA DE IMPLICACIÓN Y CONCIENCIACIÓN

La falta de implicación y concienciación es uno de los más importantes problemas con los que nos encontramos en el momento de cuidar con la seguridad en las empresas. Su ausencia genera situaciones inseguras por parte de trabajadores y mandos. Normalmente se suele dar por la poca importancia que se da a los correctos comportamientos, por malos hábitos adquiridos durante años (quién no ha oído la frase siempre lo he hecho así en 30 años y nunca me ha pasado nada) o por las total ausencia de conciencia de los efectos negativos de las consecuencias del accidente. Pero si hablamos de los Mandos Intermedios y Direcciones de Departamento, aún nos encontramos con paradigmas absurdos en esta materia. Lo que prima es la productividad y la reducción de costes por encima de todo. ¿Es que están ciegos? Un accidente por sí mismo implica desde el momento cero una afectación en la producción y en el coste, ya que la actividad que se venía realizando se deja de hacer. Es increíble que a estas alturas en las que estamos aún veamos comportamientos así. Pero lo más molesto es ver como un Mando Intermedio no actúa ante un incumplimiento de cualquier norma en PRL por parte de cualquiera de sus subordinados mirando hacia otro lado, o peor aún, cuando el Mando Intermedio o Responsable de Área, en lugar de cumplir con la normativa, se la salta, dejando de ser un ejemplo para el resto de trabajadores. Otro mal, dentro de este apartado, es creer que la Prevención sólo es cosa del departamento con este nombre, de forma que no se tienen en cuenta las propuestas de mejora de otros Departamentos o trabajadores, de forma que es el mismo departamento de Prevención el que acaba “cargándose” la propia motivación de participar del trabajador.

4. NO CONTAR CON PRESUPUESTO PROPIO

Para realizar una correcta actividad preventiva el propio Departamento de Prevención debería contar con una partida económica dentro de su presupuesto propia, de forma que pudiese actúa ante pequeñas incidencias o mejoras de forma directa evitando la burocracia que supondría solicitar una inversión a Administración o incluso a Gerencia. Perdemos, como departamento de Prevención, agilidad ante la resolución los pequeños problemas e incidentes, de forma que el resto de empleados afectados por dicha anomalía ven como sus peticiones no se cumplen o se demoran de forma insostenible en el tiempo. Esto implica a la vez una desmotivación y una falta de implicación por parte del personal en la promoción y propuesta de mejoras en materia preventiva. Al no contar con un presupuesto propio podemos tener situaciones en las que Gerencia no crea conveniente tomar una medida preventiva por barata que sea. Todos entendemos que grandes inversiones en prevención deben pasar por el Comité de Dirección o Gerencia, pero hay cosas, que a mi entender no deberían pasar por manos de Gerencia.

5. UN ANÁLISIS NO REAL DE LAS CAUSAS DE LA ACCIDENTABILIDAD

Muchas veces se intenta maquillar en los Informes de Análisis de Accidente las causas reales que motivaron el accidente. Esto se hace, en la mayoría de los casos para evitar la presencia de Inspección de Trabajo y la consiguiente sanción. Pero si no somos valientes y hacemos de forma correcta, exhaustiva y rigurosa el análisis nunca encontraremos al verdadera causa del mismo, lo que supone no atajar el problema y tener un foco potencial para futuros accidentes.

6. UN MAL PROCESO DE SELECCIÓN Y FALTA DE FORMACIÓN

Debemos recordar dos cosas importantes. La primera: no todo el mundo está capacitado para hacer las mismas cosas, ni a nivel físico ni intelectual. La falta de adecuación del trabajador al puesto a desempeñar puede originar situaciones de riesgo tanto físico como psicosocial. La segunda: es obligatorio formar a los trabajadores e informarlos, tanto al inicio de su carrera profesional en la empresa, como de forma periódica, de los riesgos vinculados a su trabajo, y de las buenas prácticas para evitar estos riesgos y sus materializaciones en accidentes de trabajo y/o enfermedad profesional.

Un comentario

  • JAVIER LOBATO MARQUEZ

    30 mayo 2016 at 17:27

    Muchas gracias Cristina Fragua por hacerte eco de mi modesto artículo.
    Un saludo afectuoso.

Comentarios cerrados


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