Continuando con la tendencia iniciada en los últimos meses, Randstad prevé que la tasa de paro siga reduciéndose en la recta final del ejercicio, situándose en un promedio anual del 15,3%, dos décimas por debajo de la cifra registrada el año pasado, cerrando 2021 con 435.000 profesionales afiliados a la Seguridad Social, lo que supone una variación interanual del 2,3%.
Sectores como el sanitario, el educativo y el logístico tiran con fuerza del empleo. Por contra, turismo, hostelería y comercio siguen teniendo problemas.
En general, la firma de recursos humanos prevé “mantener una sólida creación de empleo en el último trimestre”, aunque sin llegar a recuperar del todo los puestos de trabajo perdidos a consecuencia de la pandemia, como ha explicado Valentín Bote, director de Randstad Research.
Según el Informe trimestral de predicciones sobre mercado laboral presentado hoy por la compañía, el paro registrado se situará en torno a los 3,3 millones de personas en los últimos meses del año, lo que supone una reducción interanual del 2,8%. Hay sectores que tiran con fuerza de empleo, como el sanitario y el educativo, y la logística también está resultado ser un importante dinamizador del empleo. Por contra, hostelería, turismo y comercio seguirán teniendo problemas los próximos meses.
Factores a tener en cuenta
No obstante, Bote ha avisado de la volatilidad del contexto en que vivimos “hace difícil la previsión”. E indica una serie de factores que podrían poner en riesgo las previsiones para la última parte del año, como la inflación, que actualmente se encuentra en el 3,3%, impulsada sobre todo por el aumento del precio de la luz; la posible llegada de nuevas olas de coronavirus; o “la aprobación de una regulación laboral restrictiva”, en la que se incluiría “la subida del salario mínimo, una prolongación condicionada de los ERTE y el estrangulamiento de la contratación”.
Sobre el impacto de la subida del SMI, Bote ha recordado el informe publicado la semana pasada junto a Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa), en el ya alertaban de que aumentar los sueldos más bajos hasta los 1.000 euros tal y como piden los sindicatos en 2022, supondrá la pérdida de entre 60.000 y 130.000 puestos de trabajo, entre los que se destruyan y no se vayan a crear, además de dejar a varias comunidades con un salario mínimo “que se acercaría al 70% de su salario medio”, lo que podría “restringir actividades con salarios más bajos”, como la hostelería, el comercio y el empleo doméstico.
En cuanto a la posible eliminación de la figura del contrato por obra y servicio, prevista en la reforma laboral, el director de Randstad Research afirma que han calculado que esta medida “podría llegar a suponer la pérdida de medio millón de empleos”, además de que podría provocar un crecimiento de la economía sumergida y trabajo que podría salir fuera de nuestras fronteras hacia otros países.