Hablar de transformación digital en la empresa es hablar, ante todo, de una nueva visión estratégica y de un cambio cultural, y por ello es crítico que la Alta Dirección visualice la digitalización de su negocio como una firme apuesta que conlleva no sólo la creación de nuevos modelos de ingresos basados en tecnología, sino también una transformación interna de sus operaciones, procesos, capacidades, estilo de liderazgo, cultura y, en definitiva, del entorno de trabajo en el que desarrolla su actividad.
El avance de las tecnologías digitales ha tenido un enorme impacto en la forma de relacionarnos y comunicarnos. Nuestros empleados interactúan digitalmente entre ellos, con clientes y con otros stakeholders creando nuevos modelos relacionales y nuevas fuentes de información de un enorme valor para la empresa que, tratada correctamente, se convierte en inteligencia colectiva. Todo ello hace necesario desarrollar estilos de liderazgo que faciliten un mayor empoderamiento del empleado y promueva la innovación en un entorno organizativo abierto y ágil.
Como especialistas en la gestión del cambio, desde la función de RRHH debemos actuar como impulsores de esta transformación cultural a todos los niveles de la organización, activando las palancas de cambio necesarias para contribuir al correcto despliegue de los objetivos estratégicos del negocio. Una de ellas es el espacio físico de trabajo. El diseño y la funcionalidad de las oficinas juegan un papel fundamental en la creación de entornos de trabajo colaborativos basados en principios de información, comunicación y transparencia. Las oficinas actúan como canal de transmisión de los valores y la identidad de las organizaciones. Ofrecen un espacio en el que los empleados, además de desempeñar sus funciones, viven y respiran la cultura de la compañía. Por eso, desde la Dirección de RRHH debemos asumir un rol cada vez más activo en la conceptualización de los espacios de trabajo y en la utilización de estos como una potente herramienta a la hora de construir nuestra imagen de marca, tanto hacia fuera –en nuestra misión de captar el mejor talento-, como hacia dentro –en nuestra misión de fidelizarlo-.
Un espacio de trabajo flexible, funcional y atractivo incita a trabajar en equipo, estimula la creatividad y la innovación, facilita el intercambio de conocimientos, ayuda a mejorar la eficiencia y contribuye a difundir entre nuestros profesionales nuestros valores corporativos. En la medida en la que éstos son compartidos y sentidos colectivamente, logramos que nuestros empleados se sientan orgullosos de formar parte importante de nuestro proyecto y aumenten sus niveles de motivación y productividad. Por ello, uno de los retos de la Dirección de RRHH es convencer a la Alta Dirección de la necesidad de potenciar el espacio de trabajo como herramienta de employer branding que contribuye a generar orgullo de pertenencia, porque un empleado orgulloso de trabajar en nuestra empresa es el mejor embajador de nuestra marca. Además, debemos ir un paso más allá en esta dirección, fomentando entre nuestros profesionales una libertad responsable en el ejercicio de promover la identidad corporativa y su experiencia de empleado en chats, foros, redes sociales, etc., integrándolos así en el despliegue de nuestra estrategia de transformación digital.
Al igual que el espacio de trabajo cobra cada vez más importancia como herramienta de gestión del cambio, en un proceso de transformación organizativa debemos activar también otras palancas. En un entorno digital en el que conviven dos dimensiones aparentemente antagónicas -masificación y personalización– es imprescindible analizar con una visión innovadora y en un marco de integración con la estrategia de transformación de la empresa, las políticas más tradicionalmente vinculadas a la función de RRHH (selección, remuneración, evaluación del desempeño, conciliación, comunicación, formación, etc.), aplicando criterios de segmentación que nos permitan satisfacer las distintas necesidades de los profesionales que forman nuestra organización y las aspiraciones del talento que queremos atraer.
Sandra Romain, Directora de Organización y RRHH de Aguirre Newman.
