En España, el clima económico que se está viviendo en estos últimos meses, donde se ve una ligera mejora, está influyendo en un factor tan vital como es el absentismo laboral. Los empleados no temen tanto perder su puesto de trabajo como durante los peores años de la crisis (2008-2013), lo que ha provocado que esta ausencia en el lugar de trabajo haya aumentado un 39% en los últimos trimestres de 2014. Y eso repercute, de manera considerable, en las arcas del Estado.
“El absentismo laboral en España le cuesta al Estado 8.000 millones de euros, entre el 5 y el 6% del PIB”, afirma el Director de Personas y Operaciones de Asepeyo, Ricardo Alfaro Puig. A esto, añade que cuando “la economía repunta, el absentismo también lo hace. Es un binomio permanente en la agenda de directivos de RR.HH. y no se arregla”.
Uno de los factores que influye en el absentismo laboral, absentismo puede ser físico y mental, tal y como afirmó el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), José Luis Casero, quien prosiguió al asegurar que España es el país en el que “las personas se van a dormir antes. Estamos generando trabajadores que al día siguiente no serán productivos”.
Durante la presentación de la monografía “Horarios de trabajo y absentismo laboral”, elaborada por Asepeyo y ARHOE, el presidente de ARHOE explicó que este informe asevera que estas pérdidas económicas se podrían evitar si “tuviéramos un horario de trabajo más flexible, racional y humano para que el empresario y el trabajador consigan su objetivo”.
El absentismo, según el informe, se puede contrarrestar con una racionalización de horarios en la jornada laboral porque permite la conciliación con la vida personal y laboral y contribuye a un mejor beneficio tanto para el empleado como para el empresario.
