Distracciones, absentismo laboral, preocupaciones, estrés… La productividad de los empleados se puede ver afectada por multitud de variables y, en todas ellas, entra en juego el cerebro de cada cual. Por ejemplo, las personas que están estresadas acaban consumidas por sentimientos negativos como la culpa, el pesimismo o la irritación, todos ellos estados mentales poco productivos.

La neurociencia ofrece información relevante para mejorar el funcionamiento cognitivo diario. Integrando neurociencia y comportamientos en el trabajo, Steelcase enumera 10 claves para incentivar la productividad. Porque concentrarse y pensar mejor en el puesto de trabajo no es imposible y, además, aporta beneficios a todas las partes.
La solución llega del a mano de las numerosas investigaciones realizadas en el campo de la neurociencia que revelan datos sobre los procesos del a atención y, por ende, procuran pistas sobre cómo poder mejorarla. Estos estudios ofrecen más información sobre el cerebro y es que, para conocimiento de todos, el cerebro también se cansa.
Las organizaciones consideran que la concentración es la vía para llegar a la productividad y, por esta razón creen que los empleados tienen que estar concentrados sin descanso, algo imposible.
“Nuestro cerebro consume energía, que obtiene a través de la glucosa y el oxígeno. La atención controlada, en concreto, es una actividad de gran intensidad, que requiere un gran esfuerzo por parte de la corteza prefrontal. Las actividades como el análisis, la priorización, la planificación y otros tipos de pensamiento crítico consumen grandes cantidades de energía. A medida que el suministro de energía se reduce, el cerebro se cansa”, aseguran desde Steelcase.