El salario emocional gana protagonismo para atraer el talento. Propuestas como la flexibilidad, la conciliación, el bienestar y el crecimiento profesional se convierten en cuatro must en las estrategias de atracción de las compañías.
Esta es la clarísima fórmula que ponen sobre la mesa los resultados del último Informe Workmonitor realizado por Randstad a partir de entrevistas a más de 27.000 trabajadores de 34 países, entre ellos España.
Las cifras clave que arroja el estudio en nuestro país son:
- El 59% de los trabajadores aseguran que no aceptarían un empleo que no les permitiese mantener un equilibrio adecuado entre el desempeño profesional y la vida personal.
- Un 29%, de hecho, se plantearía dejar su trabajo si se les pidiera pasar más tiempo en la oficina, lo que refleja la relevancia que conceden los profesionales a la flexibilidad que ofrece el trabajo a distancia.
- El 24% de los encuestados españoles han hecho cambios en su vida, como el de mudarse, basándose en la suposición de que el trabajo desde casa es ya una realidad ineludible.
- El porcentaje de trabajadores españoles que estaría dispuesto a dejar un trabajo si este le impidiera disfrutar plenamente de su vida es del 46%.
- Y el 37% no aceptaría un trabajo si no estuviera de acuerdo con las perspectivas de la dirección.
- Además, más de un tercio afirma que no aceptaría un trabajo que no ofreciera formación para preparar sus capacidades para el futuro. Los empleados consideran importante la inversión en el crecimiento profesional.
Es un cambio de paradigma absoluto. El punto de inflexión se situó en el momento de la pandemia, en un contexto laboral en que fue absolutamente necesario pasar de un modelo de trabajo presencial al teletrabajo. Pero el cambio llegó para quedarse y después de la adaptación de empresas y trabajadores, éstos redefinieron sus prioridades a la hora de escoger un trabajo. Y la capacidad de trabajar desde cualquier lugar o la flexibilidad en los horarios se convirtieron en una de sus prioridades.
En este nuevo escenario, las empresas deben comprender que la motivación y ambición de los trabajadores no solo implica una progresión profesional, sino que el salario emocional, todos aquellos beneficios no económicos que permiten satisfacer necesidades personales y la calidad de vida, como la conciliación familiar, la formación continua o el bienestar físico y emocional, cada vez tienen una mayor importancia, en ocasiones, mayor que el salario.
Y eso golpea en la línea de flotación de las estrategias de captación del talento, en especial, en un momento en que las compañías se enfrentan a un auténtico problema para encontrar los perfiles adecuados para su negocio. Además de la oferta más emocional y ligada a la vida de los empleados, la afinidad de ideales y objetivos es también un punto que pasa a ocupar un papel importante en la lista de detalles que evalúan los candidatos, que eligen de forma preferente a compañías con las que se puedan sentir más identificados.