A escasos días de cumplirse los dos años desde el inicio nunca declarado de la pandemia, debemos reflexionar sobre los aspectos que han cambiado en materia laboral. En especial, en el ámbito de la tecnología, los horarios flexibles, el teletrabajo permanente… así como la importancia que la fuerza laboral más joven le está dando a estos asuntos, que ya llevan a los responsables de Personas a plantearse el tecnoestrés como uno de los últimos retos en llegar a sus departamentos.
Y es que la decisión de muchas empresas de no regresar al trabajo presencial, unida a la escasa experiencia que teníamos en la gestión de los trabajadores de forma remota, supone uno de los mayores problemas actuales. De hecho, la Ley de Teletrabajo que se aprobó hace unos meses, ha conseguido que se hable ya más en serio de la desconexión digital, como uno de los parámetros a tener en cuenta para afirmar que una empresa se preocupa por sus sostenibilidad.
La desconexión digital tiene grandes beneficios para los empleados: mejora su bienestar físico y mental, afecta a su estado de ánimo, reduce el estrés y aumenta la motivación. Además, trae consigo beneficios para las empresas, como el incremento de la productividad y el compromiso, la reducción del absentismo, la disminución de la rotación…
El reto de la conciliación familiar
De acuerdo con Tu Índice para una Vida Mejor, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), en España los empleados dedican de media el 66% de su día (esto es, 15.7 horas) al cuidado personal (comer, dormir, etcétera) y al ocio (vida social con amigos y familiares, pasatiempos, juegos, uso del ordenador y la televisión…). Una cifra mayor que el promedio que la OCDE ha establecido en 15 horas. Aunque por poco. Por eso, seguimos a vueltas con el reto de la conciliación familiar.
Para fomentarla, las empresas deben desarrollar un plan específico, a disposición de toda la plantilla. Y en el que se comuniquen las acciones que se propone realizar para lograr que se respeten las jornadas laborales, no exceder las horas que establece la ley, ni obstaculizar los días de descanso, vacaciones o licencias. El uso de herramientas tecnológicas, señalan desde la desarrolladora mexicana de software para empresas HolmesHR, facilita el trabajo a los responsables de RRHH, y mejora la comunicación con los colaboradores.
Otro de los grandes retos actuales es la prevención de los riesgos para la salud mental que se pueden generar a raíz de la continuidad del teletrabao, sin fecha para la vuelta a la oficina, ni visos de un sistema híbrido, y la consiguiente falta de contacto físico.
Tecnoestrés: ansiedad, fatiga mental y física…
En España, los problemas de salud mental representan cada vez más un desafío para las organizaciones preocupadas por su sostenibilidad. El agotamiento crónico, la ansiedad, la baja autoestima, la falta de confianza o el estrés afectan al mercado laboral, según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST). Por eso, las empresas buscan continuamente herramientas que les ayuden a prevenir estas situaciones y les permitan mantener la comunicación constante con sus colaboradores.
Por último, el llamado tecnoestrés, puede provocar ansiedad, cansancio, fatiga física y mental, así como otras conductas negativas que se derivan del desajuste entre la vida personal y profesional. Y es que la falta de costumbre en habilidades para trabajar con la tecnología, su uso excesivo o los cambios de puesto de trabajo, pueden llevar a los empleados a sufrir este mal propio del siglo XXI.
Para evitarlo, los trabajadores deben tratar de adquirir o mejorar ciertas habilidades. Como la organización, la administración del tiempo, el autocontrol… Además de tratar de desarrollar el autoconocimiento. Y en el caso de las empresas, es necesario formar adecuadamente a los empleados en el manejo de las tecnologías que se utilizan, así como aprovechar e impulsar las softskills mencionadas en cada colaborador.
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