■ En esta estructura de cruce entre funciones para gestionar de forma integrada la reputación corporativa, la de Recursos Humanos es una figura recurrente.
La transversalidad de la gestión reputacional y su carácter de órgano asesor y de apoyo a las diferentes áreas de la empresa es clave para el éxito de su gestión. Y en esta estructura de cruce entre funciones la de Recursos Humanos es una figura recurrente. La reciente presentación del Informe Anual 2011: La comunicación empresarial y la gestión de los intangibles en España y Latinoamérica, que este año llega a su edición decimotercera, nos ha deparado esta reflexión por parte de Sandra Sotillo, Socia y Directora de Consultoría de Villafañe & Asociados, la empresa autora del análisis.
La Alta Dirección, a través de las funciones de un Comité de Reputación que introduce ésta como parte de las preocupaciones del Comité de Dirección, es el punto de partida de este modelo, puesto que de ella cuelga una importante función estratégica y de sensibilización de todas las áreas de la empresa. Después, esta estructura transversal debería estar integrada por un Comité de Gestión y Coordinación en el que se encontrasen representadas las áreas cuya responsabilidad se centre en la gestión de intangibles: responsabilidad social corporativa, marca, comunicación externa, comunicación interna y recursos humanos. Y, finalmente, el organigrama se completa con un Comité de Gestión Reputacional en el que están representados todos aquellos departamentos responsables de la relación con los stakeholders clave, para trabajar con ellos en la captura y análisis de la información, así como en la puesta en marcha de acciones de mejora; esto es, clientes/marketing, auditoría interna, finanzas,… y de nuevo Recursos Humanos.